Se acaba la magia del yacimiento

Raúl Torres, corresponsalCIUDAD MADERO, Tamps., octubre 19 (EL UNIVERSAL).- Son las 6:30 de la mañana en Ciudad Madero, Tamaulipas, y cientos de mujeres y hombres enfundados en overoles de distintos colores comienzan a recorrer la avenida Álvaro Obregón para buscar los distintos accesos de la Refinería Madero de Petróleos Mexicanos (Pemex); unos ingresan, otros se detienen en los improvisados puestos que hay en la calle y compran algo para desayunar, algunos sólo se plantan frente a las puertas del complejo industrial de casi 200 hectáreas y ahí esperan...

Practican la paciencia durante horas, hasta pasado el mediodía. Están esperando que salga alguien conocido que les pueda dar un empleo temporal en las empresas contratadas por Pemex para llevar a cabo algunos trabajos.

A un costado de la puerta 3, Víctor Hugo y Alberto están sentados sobre una pequeña loza de concreto, ambos son oficiales fierreros, cada uno tiene más de 15 años de experiencia y han trabajado en plataformas y astilleros, pero desde hace meses que terminó su contrato en el Proyecto Dupont en el puerto de Altamira, no han logrado conseguir otro empleo.

?Dicen que está todo parado porque el gobierno ya no suelta dinero y por las políticas, y pues aquí está uno aguantando a que salga algo; mientras se vive del ahorro y se estira la feria, a veces uno se ahorra hasta la comida procurando que en casa no falte?, dice Víctor Hugo.

Poco a poco comienzan a llegar más personas hasta formar un grupo de aproximadamente 50, todas esperan una oportunidad de trabajo, son andamieros, soldadores, pintores, maniobristas; la mayoría tienen vigentes las credenciales expedidas por Pemex y la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción que acreditan su capacitación, otros no han podido renovarlas porque no tienen los mil pesos necesarios para hacerlo, todos llevan meses sin trabajo.

Daniel es pintor y asegura que desde hace aproximadamente un año están así, pero cuando sale un trabajo es mal pagado: ?Agarran ayudantes no muy capacitados o que traen de otras partes del país para que trabajen por menos dinero, quieren que una persona haga el trabajo de dos o tres y muchos por la necesidad lo agarran; te quieren pagar mil 400 por semana, que es lo que gana un ayudante, o a un andamiero que debe ganar unos 4 mil, le quieren pagar 2 mil?.

Detrás de él los demás asienten con la cabeza y comienzan a desgranar los agravios que se suman al desempleo: ?te dan seguro pero no te dan liquidación y no...

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