Una aventura sin fronteras

(MATERIAL EXCLUSIVO PARA MEDIOS IMPRESOS. QUEDA PROHIBIDA SU PUBLICACIÓN EN INTERNET)Alberto Torres y Daniel Blumrosen, enviados

FORTALEZA, Brasil, junio 16 (EL UNIVERSAL).- Ondean la bandera mexicana por toda la Praia Iracema, el epicentro de los mexicanos en esta ciudad. Montado en la puerta y con el dorso salido Miguel Peña grita: “¡México, México, México!”.

Han llegado a esta ciudad, luego de recorrer miles de kilómetros y atravesar casi todo el continente americano manejando una camioneta que es su transporte, su casa y su sala para ver los partidos de futbol.

Él y otros tres mexicanos han realizado la odisea de manejar hasta Brasil para ver jugar a la Selección Mexicana y seguirla por todo este país, el quinto más grande del mundo, hasta que queden fuera del Mundial.

Hace dos meses que salieron de Monterrey con la ida de llegar aquí para la Copa del Mundo. La camioneta les aguantó más de 15 mil kilómetros. Atravesaron todo el centro y sur de América manejando en relevos de parejas, parando en gasolineras para bañarse y comer. En el camino han trabajado en su proyecto: de norte a sur, la esperanza de los sueños.

Su objetivo es contagiar a la gente de los lugares a donde llegan, la idea del poder que tienen los sueños, como el que ellos tienen y los impulsa a seguir a la Selección Mexicana hasta aquí.

Andrés Castro, Adrián Gardea, Enrique Guajardo y Miguel Peña salieron el 9 de abril de Monterrey y llegaron a Natal, el 10 de junio. Vendieron sus autos para juntar dinero. Para sobrevivir venden camisetas, tocan música en la calle o en bares.

Lo más difícil fue pasar las fronteras de Centroamérica. Son muy peligrosas y corruptas, te cobran por todo. El trato...

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