“La imagen de un país cambia cuando cambia la realidad”

Esteban Román, Natalia Gómez Quintero e Ivette Saldaña

MÉXICO, D.F., mayo 9 (EL UNIVERSAL).- Pocos presidentes latinoamericanos pueden presumir de haber influido en la política de seguridad de un gobierno mexicano durante dos gobiernos consecutivos. Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, es uno de ellos.

Comenzó en 2006: “Yo como ministro de Defensa inicié un proceso de colaboración, yo me acuerdo cuando el presidente Calderón era el presidente electo fue y tuvimos una reunión muy larga sobre cómo era que Colombia estaba siendo en su organización de la policía y le dimos una serie de asesorías en la forma en como la policía enfrentaba al crimen organizado. Hemos venido desarrollando formas de colaboración y con el presidente Peña Nieto tengo las mejores relaciones”.

Santos se encuentra en México para una visita de Estado cuyo objetivo es profundizar, vía una Asociación Estratégica, la cooperación binacional en comercio, turismo, seguridad, entre otros rubros.

El año pasado, dice el presidente, ingresaron a Colombia más de 110 mil turistas mexicanos y vinieron a México más de 275 mil colombianos.“A los delincuentes hay que combatirlos, pero sin frenar el flujo inmenso de ciudadanos de bien que hay entre nuestros países”, aclara respecto a la pregunta de si la falta de visas entre ambas naciones pudiera beneficiar a la delincuencia.

El presidente colombiano se muestra cuidadoso de no criticar al país anfitrión, sin embargo, suelta algunas lecciones: “No soy nadie para hacerle recomendaciones al presidente Peña Nieto. Lo único que diría es que una regla de oro en la lucha contra el crimen organizado es vigilar y controlar la corrupción entre las propias fuerzas y autoridades que son generalmente los primeros blancos de los mafiosos”.

¿Cualquier tipo de corrupción?

Por supuesto. Para el crimen organizado, su objetivo de más alto valor son las autoridades. Si logran comprarse a las autoridades —altas o bajas— es decir, si logran la convivencia de la policía, de los jueces, de los fiscales, entonces pueden hacer su negocio sin ningún problema, entonces por eso son tan insistentes e incisivos en corromper las estructuras del Estado y ahí es donde el Estado tiene que ser especialmente cuidadoso y tener sistemas de contrainteligencia muy efectivos, revisarlos permanentemente porque esta gente es muy audaz e implacable. La famosa frase plata o plomo, esa funciona muchas veces y por esos tenemos que estar siempre con ojo avizor frente a la corrupción. Pero por supuesto cualquier tipo de corrupción facilita la actividad del crimen organizado.

¿La corrupción es algo cultural, inherente a los latinoamericanos?

No, por ningún motivo, no creo que sea eso...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR