Libia y un mundo desprevenido

(Embargada para sitios de internet hasta las 24:00 horas locales)Por Emilio Rabasa Gamboa(Investigador del IIJ-UNAM)EL UNIVERSALEl problema de Libia no es tan simple como pretenden hacerlo aparecer las agencias internacionales de noticias. Representa un problema de mayor calado y que excede al territorio libio. No se trata únicamente del levantamiento de un pueblo en contra del dictador Muammar Gaddafi que ha padecido por más de 40 años y que al ser reprimido por el ejército regular, genera una respuesta de una coalición de varios países occidentales para destruir sus bases militares y evitar no sólo que continúe la masacre, sino permitir a los rebeldes avanzar sobre Trípoli, la capital de Libia, y eventualmente tomar el poder.No se trata sólo de la crisis de Libia, sino de esa calamidad (como la de Japón) en el contexto internacional actual. Es necesario reflexionar tanto sobre el dictador mismo y su trayectoria, como sobre el mundo que hizo posible su existencia. Ahora resulta que de la noche a la mañana Gaddafi se convierte en un tirano para muchas naciones de Occidente, cuando no hace mucho tiempo fue invitado en calidad de estatista en la Cumbre del G8 en Italia, saludándose y abrazándose con mandatarios como Obama, Sarkozy y Berlusconi, entre otros… los mismos que ahora buscan deponerlo con la OTAN al frente.Ni la ONU, ni la Liga Árabe o la Unión Africana resultaron eficaces para neutralizar al dictador libio mediante una diplomacia eficaz que evitara el uso de la fuerza que ya ha cobrado entre ocho a 10 mil víctimas y todavía no tiene un final a la vista. Lo que Libia desnuda son las enormes carencias del "orden" internacional."El sistema internacional -señala Paul Kennedy- afronta en el siglo XXI un problema sistémico fundamental que los líderes nacionales ni siquiera han empezado a vislumbrar, y menos aun a abordar: los equilibrios económicos en el mundo, y en última instancia los del poder, están cambiando con mayor rapidez que en cualquier otra época desde la década de 1890; y si las Naciones Unidas continúan atadas a su constitución de 1945 parecerán y serán realmente, cada vez más anacrónicas" (El Parlamento de la Humanidad, Editorial Debate, México, 2008, págs. 309-10)Ni el surgimiento de China e India como potencias económicas mundiales y los cambios fenomenales que esto implica, ni el gravísimo deterioro atmosférico y del medio ambiente, ni el terrorismo o las calamidades internas como el genocidio, las epidemias y la...

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