?No le deseo la muerte, pero quiero justicia?

Cristina Pérez-Stadelmann

MONCLOVA, Coah., agosto 27 (EL UNIVERSAL).- La señora Blanca Delia no acepta, no comprende los términos de la ley y reclama: ?La mamá de Javier, el asesino de mi hija, dice que intentó meterlo a un centro de rehabilitación contra las adicciones, pero no hay ninguna constancia al respecto. Según su propia declaración, el niño siempre andaba drogado. Yo nunca debí dejar sola a mi hija. Me hubiera salido de trabajar.

?¿Por qué no tenemos un tutelar de menores aquí en Monclova? ¿Por qué no se llevan a ese niño Javier a Estados Unidos, donde las leyes para los menores de edad son distintas y sí los meten a la cárcel? ¿Cómo es posible que no se pueda hacer algo sobre este caso? ¡Quiero que se haga justicia. No le deseo la muerte, porque a nadie se le desea la muerte, pero pido que se haga justicia. ¡Que esté encerrado. Que no salga, que esté aislado!, porque si lo dejan libre y lo linchan aquí en la región, inclusive podrían culparnos a nosotras, a mi hija Paloma y a mí. Yo tengo dos nietos chiquitos.? reflexiona Blanca Delia.

En el piso de la casa donde Diana fue asesinada aún queda la mancha que provocó el charco de sangre, y al pie de la cama también quedan otras entre rojas y cafés. ?Yo no había regresado a la casa desde que ocurrieron los hechos?, cuenta mientras va doblando la ropa de su hija que queda sobre la cama. Casi sin notarlo, quizá por instinto, huele cada prenda antes de guardarla.

Fue Alicia, la madre de Javier, quien determinó ?al saberlo libre por ley? que su hijo debía ingresar a un centro siquiátrico con el fin de que no lo lincharan, ?pues la sociedad está muy molesta por lo que hizo mi hijo y podrían matarlo si lo dejan suelto. Mi hijo era libre como el viento. Nadie sabe que sus profesores en la escuela me decían que me daban los certificados de fin de curso con tal de que me lo llevara. Después busqué un centro de rehabilitación en Monclova, pero no lo hay. Fui al DIF y al Proniff de Coahuila. Expliqué que mi muchacho tenía un problema de adicciones. No lo atendieron. En un lugar me pedían 3 mil pesos al mes para rehabilitarlo, pero no los tengo. Qué más quisiera que mi hijo fuera de otra forma. Aquí en la colonia y por todas partes se mueve mucho eso de las drogas y los inhalantes. Yo no puedo andar atrás de mi hijo las 24 horas del día. A él le daba vergüenza cuando yo lo quería acompañar a la escuela.

?Cuando lo agarraron, allá en nuestra casa después de lo que hizo, lo único que él me pedía...

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