EL UNIVERSAL: 98 años de historia
(MATERIAL EXCLUSIVO PARA MEDIOS IMPRESOS. QUEDA PROHIBIDA SU PUBLICACIÓN EN INTERNET)Cristina Pérez-Stadelmann
MÉXICO, D.F., septiembre 30 (EL UNIVERSAL).- Era 1916 y en la ciudad de México Félix F. Palavicini fundaba el periódico EL UNIVERSAL. Si sonaba el único teléfono negro de la redacción con el número 8186, el joven Benjamín Tirado, hijo de un linotipista, se asustaba, le parecía cosa mágica, y le sorprendía que los señores reporteros leyeran sus notas en voz alta, mientras escribían en sus máquinas Remington tan rápido y a una velocidad endiablada.
Surgía el primer detergente con el nombre de Nelka; la primera lámpara incandescente rellena de gas, y el político Venustiano Carranza llegaba con su séquito a Santiago de Querétaro, para proclamarla capital de la República. Era la Revolución Mexicana.
Albert Einstein publicaba su teoría general de la relatividad; en México se fundaba el Club de Futbol América, y en el marco de la Primera Guerra Mundial, Italia declaraba la guerra a Alemania.
Félix F. Palavicini vaticinaba, en la primera editorial del Diario Político de la Mañana que: EL UNIVERSAL es el único que sobrevivirá, que crecerá y se transformará permanentemente, volviéndose el ejemplo a seguir.
En dos notas de la que sería la primera plana inaugural del domingo 1 de octubre de 1916 se leían los titulares: La Administración de Justicia se restablece en la República y Comienza la lucha electoral para el Congreso Constituyente.
En las oficinas y talleres se escuchaba un: ¡¿Apúrense, muchachos!, desde la oficina de Félix F. Palavicini; con el mismo ímpetu en que hace un par de años el Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL subió a la redacción del quinto piso para comunicarle a sus empleados : Jóvenes, sé que hay un rumor de que el periódico se venderá. Y sí... es verdad, se venderá mañana a primera hora en los puestos de revistas, así que: ¡Apúrense, muchachos. A trabajar!, mientras caminaba de regreso a su oficina no sin antes saludar, como acostumbra, a cada uno de sus trabajadores.
En otra ocasión afirmaría: En EL UNIVERSAL no sabemos de descansos, de recreos, de bajos tonos. Solo sabemos trabajar haciendo periodismo.
Para Ealy Ortiz la historia de EL UNIVERSAL es mucho más que una simple cronología de los sucesos que nos han llevado al lugar de privilegio en el que hoy nos encontramos: es la memoria viva de todo un país; es la historia de una pasión independiente, esa es nuestra motivación y razón de ser, el espíritu que nos guía y anima, y con el que seguimos avanzando día a día (...), creando opinión pública, anunciando y asombrándose junto con millones de mexicanos de los avances tecnológicos que hemos experimentado, volviéndose cómplices de los lectores que ven en sus páginas el reflejo fiel de sus inquietudes y esperanzas.
En 1916 se abrieron botellas de champaña cuando salió a la calle el primer ejemplar del diario que entonces contaba con ocho páginas: 60 mil ejemplares en el primer tiraje, con un costo de 40 centavos, y la suscripción de 3 pesos por trimestre. En sus primeras planas también se advertía: Fíjese usted en la importancia de nuestro servicio cablegráfico.
Los cablegramas hacían posible que la información llegara al diario desde cualquier parte del mundo; y en esto EL UNIVERSAL era pionero. En aquellos días, la agencia de noticias AP, en exclusiva para este medio, informaba que Wilson no empleará al Ejército Norteamericano para apoyar mezquinos intereses de México.
En la página cinco un recién estrenado Aviso Oportuno ofrecía: Si está usted muy ocupado, puede enviar sus avisos desde su despacho, oficina o comercio, la señora desde su casa buscar sus sirvientes ya no tendrá que abandonar las responsabilidades de su hogar ni se le quemará la sopa mientras habla por teléfono.
El 1 de febrero de 1917 EL UNIVERSAL celebró en sus páginas la...
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