100 años de coliseo cultural: el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris

Alida Piñón

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 27 (EL UNIVERSAL).- Esperanza Iris tenía ojos traviesos. Para algunos su personalidad era festiva, cálida y apasionada, para otros era terca y aguerrida; los cronistas cubanos de su tiempo la consideraban una reina. Un día antes del estreno de su teatro, el 25 de mayo de 1918, la diva de la ópera estaba nerviosa y no podía dormir, los ruidos, el timbre de los teléfonos, todo la aturdía. Estaba preocupada y reflexionaba acerca de su deseo: "Dejar un monumento, aunque sea humilde, al arte nacional".

Esa noche anterior a la inauguración majestuosa del Gran Teatro Esperanza Iris, a la que acudió el presidente de la República, Venustiano Carranza, la cantante concedió 10 minutos de entrevista a María Luisa Ross, periodista de "EL Universal Ilustrado" y narró cómo durante días visitó el lugar hasta conocerlo tanto como a sí misma.

En el libro "El Universal Ilustrado. Antología" (EL UNIVERSAL y FCE, 2017), coordinado por Antonio Saborit, se recupera aquella conversación. "He visto cómo se formó; todos sus detalles me son conocidos; todos sus rincones me son familiares. Entre las molduras, sobre los dorados, en el ámbito de aquel recinto que ya amo, flota algo mío: es como si mi espíritu se hubiera diluido en el aire para saturar de entusiasmo, de fe y esperanza, esta obra de trabajo y amor".

Y el gran día llegó. EL UNIVERSAL cubrió el evento y lo calificó como "la nota social y de teatro más importante de mucho tiempo acá". La arquitectura era deslumbrante, para el reportero Xavier Sorondo tenía parecido con el Hipódromo de Nueva York y la gente estaba emocionada. "Lo más distinguido de nuestra sociedad" estaba ahí: el cuerpo diplomático, el gabinete, las "familias de alcurnia". "Hubo durante algunas horas una agitación abigarrada de rasos y joyas, hombros desnudos, pecheras blancas y, sobre todo, el fuego de ojos negros netamente mexicanos que se humedecía de emoción ante la emoción de la artista mimada que lloraba de satisfacción al descorrer por primera vez la soberbia cortina bordada que cierra la escena".

El libro "El Teatro de la Ciudad de México Esperanza Iris", de Antonio Zedillo, editado por la Secretaría de Cultura, recoge diversas crónicas periodísticas de aquel día, como la de "El Demócrata". "Visiblemente emocionada, Esperanza Iris bendijo a Dios por la consumación de su noble deseo, pronunciando frases cariñosas para su público mexicano y manifestando su respetuoso agradecimiento al señor presidente...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR