2015, lucha contra la historia I

Por José Luis de la Cruz GallegosMÉXICO, D.F., enero 26 (EL UNIVERSAL).- México lucha contra su historia, por lo menos en lo que corresponde a una parte de su historia económica. Durante 2015, la reformas estructurales deberán probar que son capaces de transformar la realidad estructural de un país que cuenta con el potencial de convertirse en uno desarrollado, pero que nunca ha sido capaz de implementar y consolidar un modelo económico capaz de lograrlo.

Por su orden de aprobación, lo primero a revisar es lo correspondiente a la reforma laboral.

Ampliamente conocido es que el mercado laboral es informal, la mayor parte de la población ocupada no tiene acceso a las prestaciones que por ley le corresponden, lamentablemente el problema es que no existe una etapa histórica en la que eso haya sido distinto.

La precarización del empleo permite entender la actual situación de inequidad en la distribución de la riqueza. El análisis de los últimos 60 años pone en claro que el progreso alcanzado se perdió durante las últimas tres décadas, hoy la inequidad, medida por el coeficiente de Gini, es básicamente igual a la de 1950. La razón fundamental es que el empleo en México adolece de las condiciones básicas que conducen a una economía de bienestar.

Durante el periodo del conocido como el “Desarrollo Estabilizador” se buscó generar un modelo de crecimiento económico basado en la producción interna, privilegiando la sustitución de importaciones. Básicamente se intentó que las empresas nacionales y las extranjeras establecidas en México fueran capaces de proveer de insumos intermedios y bienes de capital a la industria. Dicho objetivo no se alcanzó.

La insuficiencia de capital humano, un progreso tecnológico insuficiente, desarrollo regional desequilibrado y una escasa productividad solo fueron algunos de los aspectos que limitaron la posibilidad de que el país pudiera lograr los encadenamientos productivos suficientes para tener un sector productivo sólido, uno capaz de satisfacer las necesidades de consumo e inversión de una población que crecía aceleradamente.

Hoy, a pesar de que existe una menor tasa de natalidad, el PIB per cápita crece marginalmente. La economía nacional sigue adoleciendo de baja productividad y competitividad, la apertura comercial y financiera fueron mecanismos que no propiciaron...

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