Alacraneros, el viejo oficio que mantiene a cientos de familias

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 17 de junio)DURANGO, Dgo., junio 17 (EL UNIVERSAL).- Rosalío Gómez González, "Chalío", sale solo a la sierra de Durango de cuatro a seis horas para recolectar alacranes como si levantara conchas en la playa; se dedica al viejo oficio de alacranero, como se les conoce en la región.

Estamos en Palos Colorados, en la parte baja de la sierra a 40 minutos de Durango. Los rayos del sol azotan como si estuvieran enfadados y alrededor no hay nadie que pudiera auxiliarnos si nos pica uno de estos animales que la gente caza desde hace más de dos siglos. El alacranero camina entre árboles con la agilidad de un adolescente. Con el gancho mueve las piedras para buscar debajo. "Se esconden del sol, cuando salen más es cuando llueve", explica "Chalío", de 46 años.

Todos los días, el caza alacranes viaja de tres a cinco horas en bicicleta para llegar a la sierra. En un día bueno llega a recolectar hasta 200. Pero normalmente junta de 70 a 100.

Esta tarde, se queja, ha encontrado pocos. "Hay días que no se halla nada y hay otros en los que me va bien", menciona. Si alcanza, al final del día acude al mercado Gómez Palacio, en el centro de Durango, y vende los animales en 2.5 pesos cada uno, pero lamenta que a veces le quieren pagar sólo un peso.

Hace años los alacraneros cazaban para el gobierno por necesidad, pero en décadas recientes lo hacen para los artesanos y para las personas que saben cocinarlos. Hasta abril de 2018, la Secretaría de Salud de Durango registró 564 víctimas por picaduras de alacrán.Oficio antiguo

Hace 34 años, cuando era un chamaco de 12, "Chalío" comenzó a cazar alacranes allá en su pueblo de Jesús González Ortega, Pericos, a 2 mil 300 metros de altura, una comunidad de Durango donde actualmente viven menos de 200 personas.

Su papá era alacranero y según "Chalío", sigue recogiendo arácnidos a sus 86 años. En aquel entonces le pagaban a 20 centavos el alacrán. En su pueblo la gente vivía del maíz y frijol, pero asegura que casi no se da, es "mejor juntar alacrancitos".

"Chalío" a veces trabajaba de albañil, pero dice que si busca trabajo y no halla, pierde un día de buscar alacranes. "Mejor me voy a buscar porque vivo al día". Del oficio de alacranero, aclara, le gustó porque le da para comer y vestir a sus cuatro hijos.

El alacranero es un oficio que data en el estado desde 1760. El cronista de la ciudad Javier Guerrero Romero señala que en ese año se tiene identificada una...

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