Albergues, un don para la Tarahumara

GUACHOCHI, Chih., noviembre 24 (EL UNIVERSAL).- "Ya si Dios quiere me puede recoger en paz", dice la maestra Laura Moreno y señala las instalaciones del albergue indígena, que se convirtió en un reto personal.

Recuerda que desde el año 2007 inició su peregrinar en dependencias y empresas en busca de apoyo económico para la construcción de la escuela, que ahora será el hogar de 160 adolescentes.

Moreno, directora de la Secundaria Técnica 85 de la comunidad de Norogachi, en el municipio de Guachochi, narra que este tipo de espacios brindan mejor calidad de vida y la posibilidad de seguir estudiando a la niñez y juventud de la Sierra, que sortea toda clase de desventajas en terrenos casi inaccesibles.

Arianel, una de las beneficiarias de los nuevos dormitorios y el comedor recién equipado, también está emocionada y quiere platicar su experiencia:

"Los alumnos de esta escuela, con población mayormente de origen rarámuri, dormíamos en un aula y una casa sin ningún tipo de comodidades, soportando inviernos con temperaturas por debajo de los cero grados".

"Tengo cuatro años en el albergue, el espacio era muy pequeño, no teníamos regaderas y todos los días teníamos que calentar ollas de agua en la cocina y bañarnos en los sanitarios de la escuela" recuerda la estudiante al momento que asegura que estas nuevas instalaciones son un sueño hecho realidad.

La alegría por la apertura de esta escuela, la comparte toda la comunidad de Norogachi que se dio cita en la secundaria para la celebración: las mujeres luciendo sus vestidos más coloridos y elegantes y los hombres llegaron con sus pantalones negros y sombrero.

Padres de familia, alumnos, maestros e invitados especiales se unen al yúmari, la danza de acción de gracias encabezada por el owirúame (curandero).

El yúmari es un baile ritual original de los rarámuris en el cual se construye un altar, rodeado de tres cruces, en el que se colocan las ofrendas como remekes (tortillas), tesgüino (bebida tradicional) y tónari (comida a base de carne), posteriormente se canta y baila en los puntos cardinales del altar evocando y agradeciendo por un bien recibido, esta danza se prolonga toda la noche y parte del día siguiente.Terminan dos décadas de espera

Con la misma alegría que fue inaugurado el albergue en Guachochi, bailan los matachines en Corarayvo, Guazapares, una de las zonas más intrincadas de la Sierra, al inaugurar las recién remodeladas instalaciones del albergue indígena que llevaba ya más de 20 años...

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