'La amenazaron con matarnos si no confesaba que era de 'Los Zetas''

Alexis Ortiz

CIUDAD DE MÉXICO, abril 22 (EL UNIVERSAL).- El 12 de febrero de 2013 era un día como cualquier otro para Mónica. A las 10:00 horas se dirigía junto con su hermano y su pareja a una ferretería en el municipio de Torreón, Coahuila, pero su vida dio un giro cuando policías municipales detuvieron la camioneta donde viajaba.

"Es una revisión de rutina, no se preocupen", aseguraron los elementos policiacos antes de trasladar a sus detenidos a una bodega de la Dirección de Seguridad Pública. En ese lugar las autoridades cuestionaron a Mónica y a sus acompañantes sobre su presunta relación con un grupo de la delincuencia organizada. Al no obtener respuesta decidieron sacar una confesión a los jóvenes a punta de golpes.

Lo primero que recuerda Mónica es que recibió una bofetada por parte de un policía. Luego la ahogaron en un tambo con agua, la asfixiaron con una bolsa, golpearon sus glúteos con un trozo de madera y amenazaron con descuartizarla.

Eso sólo era el inicio de la tortura contra la joven, pues posteriormente recibió tocamientos en todo su cuerpo y fue violada por siete personas.

También fue obligada a ver cómo eran golpeados su hermano y su pareja, este último, quien también fue abusado sexualmente, falleció horas más tarde debido a los daños físicos que le provocaron.

Tras haber sido agredida sexualmente en una bodega, Mónica y sus acompañantes fueron trasladados a las oficinas de la Dirección de Seguridad Pública de Torreón. Ahí, la mujer fue violada por segunda ocasión, en los baños, además de ser amenazada con ser enviada a una prisión donde otros reos la matarían.

"Un conocido nos dijo que una patrulla se los había llevado a los tres. Fuimos a la Dirección de Seguridad a preguntar, pero nadie nos proporcionó información, nos decían que ellos no habían sido detenidos. Después nos enteramos que serían trasladados a la Ciudad de México", explicó Rogelio Menchaca, padre de Mónica.

Tras haber sobrevivido a las agresiones de los policías municipales, Mónica y su hermano fueron enviados a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde, según el relato de las víctimas, fueron obligados a firmar un documento para declararse culpables por los delitos de secuestro y posesión de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército.

"El Ministerio Público de la Ciudad...

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