El amor, una batalla en la época prehispánica

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 13 de febrero)CIUDAD DE MÉXICO, febrero 14 (EL UNIVERSAL).- El amor y la sexualidad no son temas exclusivos de los siglos recientes, durante la época prehispánica eran de suma importancia porque representaban vitalidad, esto de acuerdo con diferentes estudios en los que se han analizado códices que registraron rituales y algunos de los dioses relacionados con estos temas.

"La sexualidad y el amor ocupaban un lugar central en el mundo náhuatl prehispánico, estos elementos representaban la vitalidad", afirma Patrick Johansson, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En el Día de San Valentín, conocido en México como Día del Amor y la Amistad ?festejo que surgió en Roma, en el Siglo III, después de que el sacerdote Valentín desobedeciera la instrucción del emperador Claudio II de prohibir la celebración del matrimonio?, EL UNIVERSAL hace un recuento de las deidades relacionadas con el placer, el erotismo y la sexualidad que tuvieron lugar en el mundo náhuatl prehispánico, así como el papel del hombre, la mujer y la homosexualidad.El mundo antiguo

Patrick Johansson, catedrático de la máxima casa de estudios, señala que en el mundo náhuatl prehispánico tanto el amor como la sexualidad eran considerados como elementos fundamentales para su sociedad.

"Para esta sociedad había dos polos: el sexo y la muerte, y lo único que se podía oponer a la muerte era la sexualidad. Los antiguos mexicanos decían que el acto sexual entre un hombre y una mujer era una batalla, una guerra. Si la mujer quedaba embarazada, las parteras gritaban algo relacionado con la victoria y se decía que la mujer había cautivado a un prisionero. Lo que muestra que la unión sexual en ese caso era un elemento importante porque se alineaba con lo que era la guerra para el mundo náhuatl".

Sin embargo, especifica el especialista, el amor en aquella sociedad antigua era considerado como "la procreación, porque la relación entre hombre y mujer va a suceder principalmente para procrear".

La relación no sólo se limitaba a cuestiones sexuales, pues en el plano afectivo las parejas tenían formas para denominar al otro; en el caso de las mujeres, nombraban a sus esposos como "quechollito", en referencia al auecholli, ave de cuello largo y "este en tipo de referencias entraba el albur".

Con respecto al trato que había entre las parejas, Johansson indica que se...

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