Aplastados por el peso del dopaje

Adriana Díaz Reyes EnviadaTORONTO, Canadá, julio 16 (EL UNIVERSAL).- Aunque es una de las pocas disciplinas que le ha dado a México una medalla de oro en los Juegos Olímpicos, la halterofilia es también un deporte ensombrecido por una larga lista de dopajes positivos.

Tras acaparar los reflectores con el metal áureo de Soraya Jiménez en Sidney 2000, el levantamiento de pesas encadenó una serie de escándalos que tiene a nuestro país en la mira de instancias internacionales como la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Federación Internacional de la especialidad.

Por citar algunos casos, el año pasado Carolina Valencia, tricampeona centroamericana, dio positivo por estanozolol y boldenona, después de cosechar tres bronces en el Mundial de Polonia.

Previo al anuncio oficial, la oriunda de Chetumal recibió incluso el Premio Nacional del Deporte de manos del presidente Enrique Peña Nieto.

“Yo no ingerí voluntariamente ninguna sustancia para mejorar mi rendimiento, voy a acudir a las instancias correspondientes”, dijo la halterista tras conocer la noticia.

Uno de los casos más sonados fue el de Soraya Jiménez, quien no pasó un control luego de participar en el Campeonato Panamericano que se celebró en Venezuela en 2002.

La entonces presidenta de la Federación Mexicana (FMLVP), Martha Isela Elizondo, fue la encargada de informar que Soraya había consumido estimulantes previo a la competencia.

Seis años después, ya con Rosalío Alvarado al frente de la FMLVP se dio uno de los casos más graves para la disciplina cuando la sonorense Liliana Borbón dio positivo por metandionona en el Mundial en Tailandia lo que provocó que nuestro país perdiera una de las tres plazas...

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