'Aportamos mayoría de los gastos con la venta'
Mujeres indígenas de Zinacatán piden apoyo del gobierno federal y estatal para comercializar sus prendasZINACANTÁN, Chis., agosto 27 (EL UNIVERSAL).- Los textiles de Zinacantán son especialmente bellos. Flores y fauna en tonos azules, verdes, rosas y morados dan vida a las prendas elaboradas sobre un fondo oscuro, todas con técnicas prehispánicas. A cada una se le dedica entre 15 y 20 días de trabajo; sin embargo, no hay clientes.
Juana Morelia, habitante de este pequeño pueblo de origen maya, ubicado en los Altos de Chiapas, platica que las mujeres estudian la primaria y luego son "preparadas" por sus abuelas, madres y hermanas mayores en talleres de telar en cintura, tejidos, bordados y dibujo. "Nos toca aportar la mayoría de los gastos y el dinero lo sacamos de la venta de las prendas que bordamos y cosemos; los hombres trabajan en el campo en la siembra del maíz y frijol, pero no se venden, es el que consumimos", añade.
Zinacantán, cuyo nombre significa adoradores del Dios Murciélago en náhuatl, se ubica en los Altos de Chiapas y tiene alrededor de 36 mil habitantes, de acuerdo con el Inegi.
Fue un importante centro comercial y la capital de los tzotziles en la antigüedad hasta que en 1486 cayó a manos de los aztecas.
Hoy es conocido por su artesanía y el cultivo de flores en invernaderos en diferentes variedades, por ejemplo, crisantemos, rosas, claveles, entre otras especie que son comercializadas en Campeche, Veracruz, Tabasco, Yucatán, Puebla y la Ciudad de México.
La lucha por los clientes
El pasado 9 de agosto inició la fiesta en honor al patrono de Zinacantán: San Lorenzo Martir. Durante este mes, la autoridad local permite a las mujeres textileras instalar puestos frente al parque central. "Güerita ven; te vendo blusas, tapetes, rebosos y huipil", ofrecen las mujeres a los turistas nacionales e internacionales quienes llegan a este pueblo.
En la época de vacaciones, las artesanas logran comercializar a la semana unas tres blusas con un precio de 300 pesos; de uno a tres centro de mesa en 700 pesos, de cinco a siete tortilleros en 50 pesos, tres bolsas en 350 pesos y uno o dos chal en 400 pesos, debido a que también hay mucha competencia, porque más de un centenar de mujeres se dedican a esta actividad.
Pero en días normales, las ventas se desploman hasta en 70%, debido a que llegan muy pocos turistas. La poca ganancia que les deja su bordado, explican, la invierten en su materia prima: el hilo; otra pequeña parte es para ayudar...
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