El buen gusto no existe… la historia de los Versace

MÉXICO, D.F., abril 12 (EL UNIVERSAL).- La historia de los Versace no se fracturó cuando Gianni, el hijo predilecto que sacó a la familia de anonimato, fue asesinado.Él estableció desde niño que no quería ser carbonero como su padre, y que en las clases de costura de su madre estaba su futuro. Todavía era un adolescente y ya escogía entre el estilo de Valentino, Callaghan, Gany y Complice, sus otros maestros.

Sólo veinte años le bastaron para crecer su proyecto a más de 150 tiendas, un imperio calculado para subsistir 200 años. La postura del italiano siempre fue tajante, creía firmemente en que "el buen gusto no existe" y con esa idea en mente se mudó a Milán, metió a sus hermanos en el mundo de la moda y llenó las grandes pasarelas de sensualidad y elegancia, aunque sus detractores lo llamaban "vulgar".

El cuero fundido, el caucho, las piedras preciosas, sedas y pieles combinados en colores vivos y cortes atrevidos inspirados en el Renacimiento es lo que rescató de Madame Grés y Madeleine Vionnet, dos de sus musas que tuvieron auge en 1930.

Las críticas para alguien que tuvo como visión innovar en el mundo de la moda eran grandes. El espectáculo generado a su alrededor eran un plus que bien supo aprovechar, así que no era de extrañarse que sus pasarelas fueran tan esperadas como un concierto masivo de rock, que en su lista de invitados especiales siempre tuviera a Madonna y Elton John y, que sus prendas tuvieran como maniquíes a Cindy Crawford, Naomi Campbell y Linda Evangelista, quienes se erigían como top models debido a los altos salarios que Gianni pagaba.

De ahí la tendencia que se vive hasta la fecha de que las grandes modelos cobran millones por posar con una buena marca, Gianni fue quien les dio su lugar como perchas y las anunciaba como el gran atractivo.

El espíritu y la bala

No conforme con tener ya las miradas de Milán encima, Gianni se expandió a Estados Unidos donde su familia le cuidaba los negocios y donde su sobrina Allegra, apenas una niña, era "la única que me entiende en mi expresión del sentir", quien lo llamaba "mago" y lo hacía crecer, así que pronto fue el diseñador de vestuarios de obras de teatro de Nueva York y el indiscutible modisto de los grandes del espectáculo.

Entrada la década de los noventa tuvo su primer altercado con la muerte, ya que en 1993 le diagnosticaron cáncer en el oído, que después de reposo y tratamiento desapareció no sin antes dejar a su familia más involucrada en su imperio, a él con un...

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