'Bully': el círculo del terror

Abigail Gómez

MÉXICO, D.F., marzo 17 (EL UNIVERSAL).- Mientras amarraba a su compañero de un poste sólo pensaba en lo divertido que todo aquello parecía. Pensaba en lo mucho que eso le iba a gustar a sus amigos y en que lo ayudaría a mantener su popularidad.

A los 10 años, el joven que habla y quien prefiere no dar su nombre, no pensaba en las consecuencias que sus actos tenían sobre sus débiles víctimas, ni en lo mucho que eso marcaría sus vidas para siempre; en realidad, confiesa, “a esa edad no tienes conciencia de tus actos, es hasta después cuando te das cuenta de todo el daño que has causado, aunque ya sea muy tarde para repararlo”.

Sin importar cuánto suplicaran, cuántas lágrimas derramaran, ni lo mucho que dijeran que se querían suicidar, nada parecía detener a Martín (nombre ficticio) en sus momentos de fechorías. A los 10 años era un niño que lo tenía todo. No enfrentaba problemas familiares ni económicos, ni de algún otro tipo, incluso era buen estudiante. Nunca, mientras agredía a un compañero, se detuvo a pensar en el dolor que éste podía estar sintiendo.

Cuando Martín era estudiante no había un nombre para definir el acoso que ejercía sobre otros; ahora sabemos que él cumple con las características de lo que el argot especializado llama “Bully”, palabra que se traduce al español como “matón”. Se trata del niño o adolescente que elige como objetivo a alguien vulnerable y dedica todas sus fuerzas y energía a hacerle la vida imposible.Él es el responsable de que los niños no quieran ir al colegio, finjan enfermedades para evitar lo que les espera en la escuela o, en el peor de los escenarios, opten por privarse de la vida.

Pero al igual que un niño que es “buleado” sufre, puede ser que el “Bully” también esté sufriendo y no sea capaz de expresarlo.

De acuerdo con cifras de la organización Educadores sin Fronteras, 43% de los niños entrevistados en una encuesta hecha a 6 mil 180 alumnos, reconocieron agredir a sus compañeros en la escuela. A su vez, 38% de esos menores dijeron vivir una situación de violencia en su familia o ser golpeados con objetos por sus padres. La estadística es el resultado de un estudio realizado en diversos estados del país.

Para Joaquín Quintana, presidente de la asociación Convivencia sin Violencia, la marcada presencia de este fenómeno en nuestro país tiene que ver con la normalización de la violencia que vivimos.

En México, más de 18 millones de alumnos de nivel básico son víctimas “bullying”, es decir, 60% de los niños en primaria y secundaria, según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). De esta manera, el país se coloca en el primer lugar en casos de “bullying”con respecto a los demás miembros de la organización.

La violencia se ha vuelto un estilo de vida, está tan presente en todos los ámbitos...

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