Cardenal: regular la marihuana es legalizar un problema

Julián Sánchez

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 12 (EL UNIVERSAL).- En el marco del debate sobre la marihuana, el cardenal Norberto Rivera Carrera consideró que hacer cambios a la ley a favor de su uso es legalizar los problemas y con ello condenar a los jóvenes, mientras que el presidente del Senado de la República, Roberto Gil Zuarth, dijo que si un efecto debe tener el cambio regulatorio es el de disminuir la violencia que conlleva el mercado negro.

El Foro sobre la Marihuana es el primero al que convoca la Iglesia católica, en el que también participaron expertos como María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, quien señaló que ante el dinero que está detrás del consumo de esta droga, es muy difícil regularla.

Rivera Carrera destacó que detrás del uso regulado de la droga “se esconde un drama humano y una problemática social que no podemos ignorar. Más aun, podríamos decir que es un tema emblemático, de algo mucho más profundo que tiene que ver con muchas otras formas de autodestrucción propiciada por criterios vacíos que comercializan con la muerte.

“Lo peor que nos puede pasar es que ante los problemas que no podemos solucionar, tomemos el camino de legalizar los problemas, condenando con ello a los jóvenes”, expuso.

Durante el foro convocado por la Universidad Pontificia de México y la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el cardenal Rivera dijo: “No estamos aquí para expresar una condenación genérica y sin matices sobre una problemática humana ampliamente extendida, sino para encontrar los aspectos positivos de la naturaleza que manejados por la ciencia, con conciencia, tienen siempre una aplicación en nuestro beneficio.

“No así cuando la falta de discernimiento nos lleva a consecuencias a todas luces negativas, por lo que debemos hablar con toda claridad y sin ambigüedades”, insistió.

El religioso, quien es el encargado de la Arquidiócesis Primada de México, explicó que “las políticas públicas no pueden diseñarse en la medida de las peticiones individuales y egoístas, sino en la dimensión exigente del bien común y de la promoción de la dignidad humana”.

Aquí está el punto de referencia para las decisiones éticas y morales que toda política exige, consideró el purpurado, quien recordó lo dicho por el papa Francisco en su reciente visita a México, respecto a no minusvalorar el desafío ético y anticívico que el narcotráfico representa para la juventud y para la entera sociedad...

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