Casas de Cultura, educación artística de segunda

(Material de EL UNIVERSAL+)

MÉXICO, D.F., mayo 6 (EL UNIVERSAL).- Para que su hijo adolescente asistiera a clases de teatro, María José consideró dos opciones: clases particulares en un centro teatral en donde por mes pagaría alrededor de dos mil pesos o talleres en la casa de cultura Jesús Reyes Heroles, de Coyoacán; en ésta última debía pagar una inscripción de aproximadamente 300 pesos y el trimestre por 600 pesos.

La diferencia de precios la llevó a optar por la segunda opción, pero la calidad de la oferta no la satisfizo ni a ella ni a su hijo: en la casa de cultura para los adolescentes había dos ofertas de clases de teatro, una los sábados junto a un grupo de adultos y, la otra, sábados y domingos en la mañana, con un grupo donde también había jóvenes, sólo que en ambos no había un programa de contenidos, actividades y montajes que era lo que buscaba el adolescente.

Y aunque no hay programas cualificados y vigilados, evaluación de la calidad de los maestros, y sí predomina la informalidad, las casas de cultura son la opción de aprendizaje artístico para miles en el país. A más de mil 800 asciende el número de éstas en México. Ahí se incluyen desde importantes centros culturales de grandes ciudades, hasta espacios de 50 metros cuadrados que son a la vez biblioteca, sala de conciertos y galería.

Hay casas de cultura como la de Azcapotzalco, en la ciudad de México, que es referente cultural, histórico y geográfico para los habitantes de esa zona del Distrito Federal; las hay como la Reyes Heroles, donde, en tiempos de inscripción a sus talleres, las personas se aglomeran. Hay casas como la de Morelia que tienen, de manera permanente, alrededor de dos mil 500 personas inscritas. Unas dependen de consejos estatales, otras de secretarías locales, otras de universidades.

Jorge S. Gutiérrez, subdirector general de Educación e Investigación Artísticas del Instituto Nacional de Bellas Artes explica que la situación de las casas es compleja y diversa. "En lo general, la casa de cultura es una instancia adecuada para acercarse a la población y acercar a la población a los lenguajes del arte, pero tiene que ser replanteada a fondo, tiene que acceder a nuevas manifestaciones, contar con recursos tecnológicos, renovar los discursos y que no sea el taller típico de teatro, plástica y danza porque la realidad va cambiando, los jóvenes tienen otras prácticas. Se tiene que replantear la visión de qué ofrecer a la población".

El modelo tradicional era...

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