Chivas rescata empate en el clásico tapatío

GUADALAJARA, Jal., septiembre 29 (EL UNIVERSAL).- La pasión de este tipo de partidos de por sí es suficiente pólvora. Si se le agrega la chispa de una polémica arbitral, el resultado es una explosión.

Los futbolistas del Atlas gritan descontrolados. El técnico Omar Asad se va encima del árbitro. Son sus propios jugadores quienes deben detenerlo. Pierde el control. El reclamo de nada le sirve.

El Clásico Tapatío termina 1-1. A los Zorros les sabe a derrota, pues en tiempo de compensación exigían se decretara un penal tras ver a Matías Vuoso caer en el césped. Para Chivas, es distinto. Un gol de Marco Fabián, al '84, le ha salvado de la catástrofe. El duelo entre dos de los peores equipos del Apertura 2013 ha tenido emociones, sí, pero también ha demostrado por qué ambos están al fondo de la tabla.

Apenas el viernes pasado, Jorge Vergara prometió cambios. Aseguró que se habían decidido medidas fuertes que se reflejarían en la cancha. Nada. Discurso vacío. Chivas es durante la primera parte el mismo equipo incapaz de aprender de sus propios errores, frágil cada vez que ve la pelota acercarse a su campo y hasta infantil, por ofender insistentemente de la misma forma, con la ilusa esperanza de encontrar resultados diferentes.

Atlas ha hecho bien su trabajo previo. Conoce las debilidades del Rebaño, que son muchas. Una de ella: el centro de su defensa. La línea de cinco instituida por Juan Carlos Ortega es un caos. Cada balonazo rojinegro a esa zona va cargado, inevitablemente, de una importante dosis de peligro.

Minuto ocho. Sergio Amaury Ponce cobra el tiro de esquina por el costado derecho. Al centro del área, donde sabe que duele. La zaga rojiblanca es superada con facilidad. Giovanni León conecta de cabeza. El joven rojinegro manda el esférico a las redes. Celebra con la euforia que genera el encuentro que divide a Guadalajara.

Pero un rojiblanco ha caído al césped, en un forcejeo de los que normalmente se dan en esa zona. Aparentemente, nada digno de un silbatazo. Pero Jorge Antonio Pérez piensa diferente. Marca una polémica falta y anula la anotación del Atlas, que reclama con impotencia. Chivas, en teoría, debería aprender la lección. No es así. Este equipo sufre en el campo un severo déficit de atención que le impide memorizar sus equivocaciones.

De nuevo por el centro. Gran pelota filtrada del Alfonso González para Matías Vuoso que deja solo al argentino naturalizado mexicano. Luis Michel sale a su encuentro, con apuro y logra, hincado...

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