Cierre magistral

MÉXICO, D.F., diciembre 26 (EL UNIVERSAL).- Más de una década de romperse máscaras y el alma en los cuadriláteros terminó hace unos días, cuando el Magistral hizo honor a su nombre para culminar de esa forma el año, con la máscara del Cometa Primero en sus aguerridas manos.

La arena San Francisco, en Coacalco, fue testigo de la caída de la onceava incógnita en la carrera de Magistral, quien recordó cómo inició el pique.

“Se dio porque es hermano de Andy Barrow y como a él lo pelé dos veces siguió insistiendo. La verdad es que sentí muchos nervios por la hemorragia y lo duro del rival, esta máscara es la cereza del pastel en mi carrera ya que el rival tenía 30 años con ella sobre su rostro”.

Después de dos caídas encarnizadas, el Cometa cayó en la trampa, ya que cuando intentó ponerle una rana invertida fue atrapado por su ahora verdugo, quien lo llevó a las espaldas planas para esperar la cuenta triunfal, que...

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