Una ciudad que se mantiene en 'shock'

CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 22 (EL UNIVERSAL).- La Ciudad de México, corazón del país, se mantiene en "shock" 48 horas después del sismo. Del ambiente patrio por la celebración de la Independencia, los capitalinos pasaron a un entorno de incertidumbre y miedo por una réplica o sismo que vuelva a estremecer la tierra.

Al viajar en Metro, de Tasqueña al Zócalo, se encuentran rostros serios, pensativos, miradas perdidas de secretarias, empleados, estudiantes, que fijan la vista en un punto y retoman el ritmo de la vida cuando voltean a ver su celular o bajan de estación.

Se puede escuchar hasta el vuelo de una mosca, pues todos los usuarios guardan silencio, como en una actitud de duelo interior.

En el Zócalo de esta capital, la Bandera monumental cuelga a media asta en señal de duelo por las víctimas mortales del 19 de septiembre.

La Catedral Metropolitana permanece cerrada. Junto a la puerta principal han sido envueltos los pedazos de La Esperanza, escultura de Manuel Tolsá, que junto con La Fe y La Caridad, son guardianes del templo. Pero la primera se desplomó.

Don Agustín fue testigo de ese momento. Albañil desde 1976, no ha faltado un sólo día a las rejas de la Catedral, en donde pone un cartel que dice: "Azulejo, mármol, lozeta [sic], tirol, yeso, pintura, detalles en general".

"El ambiente se siente raro, más que nada por la pérdida de los que ya se fueron. Los que estamos aquí hay que ver qué va a pasar, hay mucha tristeza, porque, se imagina, si fuera uno de nuestra familia, ¿cómo estaríamos en este momento?", dice el profesional de la cuchara y el cincel.

Pero caminar por las calles del centro es realmente un panorama desolador. El corredor peatonal Madero luce semivacío y sus edificios más emblemáticos, como el Centro Joyero, la Torre Latinoamericana, tiendas de ropa, la Iglesia de San Francisco están cerradas y con cintas de color amarillo en las que se puede leer: "Peligro".

"Le hacemos sus lentes, amiga. Pregunte sin compromiso", le dice a una mujer el repartidor de las Ópticas Peña, quien se queda con la mano estirada.

Incluso en el cruce de Madero y Eje Central, considerado el más transitado de América Latina, se observa un oasis sin transeúntes.

No basta sólo rezar. Al norte de la capital, el panorama se mantiene en zozobra, negocios cerrados, cintas de precaución que rodean plafones destruidos en el pavimento, cristales rotos.

Al llegar a la Basílica de Guadalupe, el atrio del templo...

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