Clarke se sube en el Ferrari del jazz

Erika Monroy, enviada

CANCÚN, QR., junio 4 (EL UNIVERSAL).- Días antes, Stanley Clarke dijo que el jazz es como un Ferrari, un coche que no todos pueden tener ni gustar; también dijo que el bajo era lo suficiente para llevar la batuta de una banda; además dijo que las nuevas generaciones también pueden disfrutar del género.

Su dicho se convirtió en realidad. El sábado por la noche, el músico sorprendió a los amantes del jazz, compartió el escenario con músicos jóvenes y dejó que sus dedos se encargaran de hacer oír el bajo y el contrabajo.

Clarke es uno de esos pioneros del jazz, de esos músicos que aún están vivos, porque a decir del mismo músico, "los mejores del género ya están muertos".

Los visitantes al Hotel Grand Oasis llegaron para enmudecer y después reaccionar con aplausos al arte de Clarke y con ello, al cierre de la séptima edición del Oasis Jazz U Festival, la noche del sábado.

En la tarima, él y sus cinco músicos dieron rienda suelta a la improvisación, a la base del jazz y se pusieron creativos.

De cerca se podía ver lo que las manos de los músicos podían hacer. Una ráfaga de movimiento que provocaba ritmo, música y emociones.

Tras las demostraciones de talento, los protagonistas de la noche estaba listos para ser premiados con el aplauso y las expresiones de sorpresa y admiración.

Por casi dos horas de concierto, la banda de Stanley Clarke demostró lo que el jazz del pasado puede hacer...

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