Crecer libre. Jóvenes indígenas, contra el matrimonio infantil

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 25 de mayo)Blanca Ángeles Cruz y Sandra Hernández

CIUDAD DE MÉXICO, junio 2 (EL UNIVERSAL).- Florencia López es indígena tzeltal de Chiapas. Tenía seis años cuando escuchó que su tío le recriminaba a su padre por enviarla a la escuela. Le decía que "las mujeres sólo sirven para la cama", algo que desde entonces ella no estaba de acuerdo.

La mujer quien actualmente tiene 34 años de edad lucha por la equidad de género y por los derechos de los jóvenes indígenas en IDEAS Ch´ieltik A.C. Es una Organización No Gubernamental que trabaja en los municipios de Las Margaritas, San Pedro Chenalhó y San Juan Cancuc, donde la mayoría de la población pertenece a los pueblos originarios tzeltal, tzotzil y tojolabal.

Desde niña, Florecita, como es conocida, sufrió violencia de género porque su padre era alcohólico. "Yo veía cómo golpeaba a mi madre y llegué a pensar que si él muriera todos seríamos felices, pero teníamos un hermano que era igual de violento", confiesa.

Cuando cumplió 17 años, dos hombres mayores comenzaron a frecuentar su casa para desposarla, ella huyó de su hogar y se mudó con sus padrinos, quienes le ayudaron a terminar la escuela. "Estudié Derecho porque quería defender a las mujeres y dar a conocer que todos somos iguales".

Durante su servicio social en el Instituto de la Mujer conoció a Isabel, una zapatista que compartía su sentir. Al recorrer varias comunidades descubrieron que muchas mujeres tenían enfermedades sexuales y sufrían violencia intrafamiliar.

"En una ocasión llegó una mujer macheteada en el brazo y el seno, esto me llenó de coraje y me motivó a querer cambiar el papel de la mujer en nuestras comunidades", cuenta.

Luz Olivia Domínguez Prieto, jefa del posgrado en Antropología Social de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, explica que durante el zapatismo las mujeres dejaron sus comunidades y con ello sus tradiciones. "Ellas comenzaron a decidir con quién emparentar, postergaron la maternidad y tuvieron acceso a la educación, esto inculcó nuevos principios en los más jóvenes".

López sabía que para cambiar la situación de su comunidad debía trabajar con jóvenes, así que en 2013 se integró al equipo de Ch´ieltik. "Un día me fui a un cibercafé y encontré la asociación de IDEAS A.C. Tenían un mural con adolescentes agarrados de la mano y quise formar parte de ese espacio".

Con talleres y actividades como cine, teatro y música, la organización Ch´ieltik...

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