Cronista de guardia

(Embargada para sitios en internet hasta las 24 horas locales)Gente geekGuillermo OsornoEL UNIVERSALEl salón tiene el tamaño de tres canchas de futbol. Es uno de los espacios techados más grandes que he visto. Aunque eran las dos de la tarde allá afuera, acá la luz del sol no entraba. Las ventanas que corren a todo lo alto de esta estructura estaban tapiadas. Lámparas azules y rojas, de teatro, iluminaban tenuemente el espacio. La luz, en realidad, salía de los miles de computadoras personales que alumbraban la cara de esos chicos, sentados en mesas larguísimas, como autómatas de una línea de ensamblaje.Esto es Campus Party, la convención geek más grande de México, y estos son los llamados "campuseros", que se fueron a instalar la semana pasada al Centro Bancomer de Santa Fe. Aquí se ensamblaban novedades del mundo informático.Rodeando las mesas, había distintos escenarios donde se daban conferencias, pero el día que fui sólo se escuchaba alguien con acento español, en el foro principal. Su voz retumbaba en aquella bóveda, como un big brother susurrante. Pude darme cuenta de que se hablaba de microtonos, y de implantes en el cerebro. El conferencista estaba hundido en una silla, sólo. Era rubio, con el cabello lacio. Llevaba una camiseta roja que le quedaba grande (era muy flaco) y unos jeans. De su cabeza salía lo que pensé era un micrófono que pendía sobre su frente, pero conforme transcurrió la conversación me di cuenta que el chico no veía colores, que lo que yo creía un micrófono en realidad era un implante que convertía colores en sonidos que retumbaban en su cabeza, que el chico se llamaba Niels y que era el primer Cyborg -humano y máquina- legalmente reconocido. La audiencia estaba absorta. Había ido a encontrarme con Adriana, estudiante del Tec de Monterrey, que llevaba tres días acampando en ese salón, pero no la encontraba. Caminando por allí, me topé con una computadora en forma de mariposa. ¿Los artistas? Luis Enrique Salinas, 25 años, de Guadalajara y con un negocio hardware y software y Rosa Arellano, 26 años, licenciada en música y joyera. Su pasión es el modding, como se llama la técnica (a arte) de modificar computadoras. La suya era popular, pues mucha gente se acercaba a verla, como también andaba entre otras computadoras en forma de violín, por ejemplo o, las más frecuentes...

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