Cruces en Guerrero: 25 feminicidios este año y elevada impunidad

CHILPANCINGO, Gro., marzo 8 (EL UNIVERSAL).- Guerrero es un estado de cruces. Está lleno de ellas en ciudades y pueblos. Arrinconadas entre las calles, erguidas sobre veredas y aun en las avenidas más transitadas de su capital y su puerto. Son las huellas de sus muertas, de las mujeres que cayeron en la calle o cuyos cuerpos fueron abandonados aquí, allá, por los victimarios.

Cientos de ellas, 262 asesinatos de mujeres en 2018, aunque apenas 33 fueron catalogados como feminicidios, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Sólo 28 fueron catalogadas así por la Fiscalía Especializada en Feminicidios de Guerrero.

Muchas de esas cruces aún no han sido plantadas. La de Yaneli, por ejemplo, de 15 años, tenis, jeans entallados y ombliguera, degollada en las afueras de Chilpancingo el 22 de febrero pasado. Hasta el cierre de este reportaje habían asesinado a 25 mujeres este año, según recuentos periodísticos; un promedio de dos por día, aunque sólo un par son considerados feminicidios por la fiscalía.

De seguir esta tendencia se superará con creces el índice de 2018 cuando ocurrió el asesinato de Magdalena Aguilar Romero en Taxco, en un enero frío, recuerda su madre Ángeles Romero Mazón, en el centro de salud donde trabaja. La cruz de Magdalena, 26 años, tampoco se ha puesto y es posible que nunca ocurra porque la mataron en la casa donde vivió tres años con César Gómez Arcineaga, su exmarido, prófugo y principal sospechoso.

Magda estuvo desaparecida nueve días hasta que fue hallada desmembrada en un centro botanero que César regenteaba frente a su casa en el barrio de Guadalupe. "Es el caso más atroz que ha ocurrido en años. Horrible", dice la directora del Observatorio de Violencia Contra las Mujeres (Ovicom), Rosa Icela Ojeda Rivera, en su sede de Acapulco.

Decir atroz no es excesivo. Magda, o partes de ella, fueron encontradas cocidas en cacerolas, en bolsas de plástico y en un congelador. El 13 de enero de 2018 fue por sus dos hijos, una niña de tres años y un niño de siete, a la casa de César. No regresaría más. Fue sepultada el 23 de enero ?un día después de haber sido hallada? en el panteón de una ciudad que cada vez parece menos mágica.

Este enero se cumplió un año del asesinato. Ángeles dice que la Fiscalía General de Guerrero le ha cambiado de abogado en tres ocasiones, así que se ha tenido que empezar casi de cero porque los que llegan poco conocen del expediente. "Es como estar dando...

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