Cualquiera puede ser secuestrado

Astrid Sánchez y Javier Garduño

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 14 (EL UNIVERSAL).- En sus inicios, los secuestros en México tenían fines políticos y muchos años después el objetivo fueron los grandes empresarios y gente famosa, pero en la actualidad se siente más miedo e inseguridad, porque el crimen organizado se ha diversificado y cualquiera es secuestrable, explicaron especialistas a EL UNIVERSAL.

El secuestro produce tanto daño que el dolor no termina con el rescate de la víctima. Impacta en la sociedad por el sufrimiento físico y sicológico, no sólo para la víctima del plagio, sino para toda la familia.

Autoridades federales y estatales realizan esfuerzos para combatirlo, pero sigue siendo un delito frecuente cometido también por policías o ex elementos, dijo Isabel Miranda de Wallace, presidenta de Alto al Secuestro.

En México, entre diciembre de 2012 y septiembre de 2016 fueron denunciados 5 mil 67 plagios; 3.6 en promedio diario. Se calcula que cinco de cada seis no se denuncian, de acuerdo con las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

?La ausencia de un familiar es similar a lo que viven con los desaparecidos. El proceso de angustia, de incertidumbre, es mayor y es permanente durante el cautiverio. La ausencia del cuerpo es muy importante para el sufrimiento, ellos no tienen a quién llorarle.

?Ese procedimiento es uno de los sentimientos más aterradores que pudiéramos tener como seres humanos?, afirmó Emilio Daniel Cunjama, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).

Él y José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal A.C., coinciden en que hay tres fases en la evolución de los secuestros en nuestro país.

En los años 70 fueron grupos guerrilleros y secuestraban políticos; la segunda etapa es cuando llegan las bandas preparadas que elegían a empresarios de muchísimo dinero, en los 80 y 90; a partir del año 2000, los expertos advirtieron la aparición de imitadores de Daniel Arizmendi o Andrés Caletri, los delincuentes que solían dedicarse a otras actividades comenzaron a secuestrar.

?Ahora tenemos otro cambio, éste implica la participación del narcotráfico; empezaron levantando a sus enemigos y después a levantar inocentes?, explicaron Ortega, Cunjama y Wallace.

Ante ello, las Fuerzas Armadas...

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