Cuatro días a la espera de un bidón

Carlos Arrieta

MORELIA, Mich., enero 11 (EL UNIVERSAL).- Moisés Cortés Facio defendió su lazo azul durante cuatro días. En medio del fastidio, con hambre y frío, estuvo a punto de liarse a golpes para que nadie lo moviera, para que nadie le intentara arrebatar su lugar en la fila que organizó para hacerse de al menos un poco de gasolina.

Es en una de las dos colonias que está en la Pascual Ortiz Rubio, en el enclave que separa la zona de casas costosas y la zona popular, por la ex penitenciaría de Morelia, Michoacán, donde este hombre pudo comprar gasolina para seguir ganándose la vida.

Cuatro días. Pasó de ver con malas caras a quienes le seguían en la fila a hacer amistad, a organizar a cientos de personas para dejar claro quiénes llegaron el lunes, el martes, el miércoles y ayer jueves, para comprar gasolina. Tras liarse con quien se quería meter a la cola, la pudo comprar.

Pasa el mediodía. La fila de vehículos que esperan para cargar combustible es de más de dos kilómetros. En una ciudad pequeña como Morelia, en una calle donde hay dos gasolineras ?una casi enfrente de la otra?, en una salida hacia uno de los libramientos, la falta de gasolina provoca el caos.

Ahí se ve a este hombre pelón, de bigote, con camisa blanca, sudadera roja y un sucio pantalón de mezclilla organizando a la gente, sin importar que sea el cuarto día que lleva fuera de su casa, "regañado", haciendo fila junto con cientos de personas en una de las dos gasolineras en la zona. Narra su trajín:

"Con eso de que escaseó la gasolina nos dimos a la tarea de salir a buscar, a buscar y a buscar, nunca tuvimos éxito, en donde lográbamos gasolina, se nos acababa y veníamos, nos sentamos en un lugar donde dijimos que iba a llegar.

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