Cuestionan salud mental de púgiles

CIUDAD DE MÉXICO, febrero 22 (EL UNIVERSAL).- La pelea entre Deontay Wilder y Tyson Fury es la más atractiva en lo que va de 2020. Será la revancha del primer combate que terminó en empate, se enfrentarán dos noqueadores y la pelea pondrá fin a una guerra de declaraciones entre ambos púgiles que se ha extendido en los últimos meses.

Pero el choque también reabre el debate sobre la salud mental. Wilder dijo, en reiteradas ocasiones, que le gustaría matar a un rival en el ring; mientras que Fury pensó en suicidarse y posteriormente aceptó que sufre bipolaridad y trastorno maniaco-depresivo.

"Wilder está dando focos de que sus impulsos están descontrolados y que necesita que un especialista lo aborde", opina Diana Sosa, psicóloga del Consejo Mundial de Boxeo. "Fury es un paciente diagnosticado y seguramente medicado. Son dos boxeadores que deben atender su salud mental. Cuando el CMB...

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