'Hay que dejar de ver a los refugiados como un problema': Coetzee

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 25 (EL UNIVERSAL).- John Maxwell Coetzee, el escritor sudafricano que en 2003 recibió el Premio Nobel de Literatura, se manifestó contra la hegemonía del idioma inglés y reiteró su satisfacción porque sus más recientes libros: Siete cuentos morales y La muerte de Jesús, se publicaron primero en español; pero ante todo hizo énfasis en su llamado a dejar de ver a los refugiados como un problema y empezar a vivir con los flujos de migrantes que llegan a los países buscando asilo.

En el diálogo que sostuvo con la académica e investigadora Raquel Serur en la sala Nezahualcóyotl de la UNAM, cuyas preguntas y respuestas ya estaban escritas y cada uno iba leyendo su parte, Coetzee planteó la situación que vive Australia y cómo ha respondido al problema mundial de los refugiados y qué significa el asilo en el mundo moderno.

Relató que Australia ha respondido al asilo con mano dura a pesar de que es uno de los firmantes del Acuerdo de refugiados de 1981, pero dijo que en la práctica ha utilizado una serie de trucos legales y ha puesto en prisión a aquellos que buscan asilo y tratado con dureza a los que no han usado los canales legales para asilarse.

"¿Qué hay que hacer? Un inicio puede ser dejar de pensar en los refugiados como un problema y empezar a pensar en el flujo de personas como un hecho de vida. Hay que dejar de ver a los refugiados como un problema; en principio deberíamos de empezar a vivir con el flujo de refugiados", aseveró el narrador.

J. M. Coetzee, autor de Desgracia y Buscando a los bárbaros llegó a México el domingo, a invitación de Raquel Serur; lo hizo 16 años después de que la investigadora le escribiera un correo invitándolo a la UNAM. Corría 2003 cuando Raquel le propuso viajar a México, movió cielo y tierra pero no lo logró, aun cuando a todas las altas autoridades universitarias les aseguraba que ese año Coetzee ganaría el Nobel.

Tuvo razón Raquel Serur, Coetzee ganó el Premio Nobel de Literatura ese año, pero la visita no se concretó. Debieron pasar 16 años para que el narrador y ensayista que ha sorteado la censura y ha creado una literatura que profundiza en la condición humana contemporánea pudiera pisar la UNAM.

El Nobel arribó 15 minutos después de las 17:00, a paso firme cruzó el escenario de la sala Nezahualcóyotl y se mantuvo unos minutos de pie para agradecer los aplausos de los cientos de asistentes que se dieron cita para escucharlo. La recepción fue muy cálida, le aseguraron que la...

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