Desolado. De los días de pozole al amanecer con muertos

Vania Pigeonutt, corresponsalCHILPANCINGO, Gro., septiembre 5 (EL UNIVERSAL).- En esta ciudad la gente ha perdido la dicha de tomarse ?una copa de pozole y una cazuela de mezcal?, y salir de fiesta hasta las cinco de la mañana. Extraña las caminatas nocturnas con olor a jacarandas, la solidaridad vecinal y la confianza. Antes su dicho era ?con sólo probar su pan-cemita y té de toronjil, los foráneos se quedaban a vivir aquí?.

Hoy se vive con temor y precaución en esta ciudad, sede de los Poderes del estado. En lo que va de 2016 han ocurrido 160 homicidios dolosos: 22 en agosto, mientras que en junio, el mes más violento hasta ahora, fueron 32.

Las muertes se dan a plena luz del día: el 19 de agosto asesinaron de un balazo en la cabeza a un maestro del Instituto Tecnológico de Chilpancingo y el 11 de junio perdió la vida Juan Carlos, de 27 años, hijo de una trabajadora de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos, al recibir 12 balazos por resistirse a un secuestro cuando salía de un antro.

Jacqueline Vázquez, mamá de Juan Carlos Anguiano Vázquez, ha pasado los tres meses más terribles de su vida desde aquella llamada a las 6:00 horas donde le dijeron: ?tu hijo está muy grave en el hospital, lo hirieron?. Habían transcurrido sólo unos minutos del ataque.

A las 6:30, el chico, ingeniero químico industrial, quien comenzaba una pequeña empresa y se acababa de comprar un carro, murió porque le descargaron toda la pistola calibre 9 milímetros. A tres meses de distancia, no hay avances en las investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE). Jacqueline reconoce que no se dan abasto con tantos casos, pero denuncia que no hay culpables tras las rejas, ni justicia.

Se siente enojada y decepcionada. ?La gente ha perdido la capacidad de asombro. Todos los periódicos y portales sacaron la foto de mi hijo. La gente está ávida de violencia. Los niños juntan su dinero para comprar el periódico donde hay fotos de muertos. Ven con naturalidad la delincuencia. Hasta dicen: ?¡Uy, nada más un muerto!??.

Tres días después fue encontrada una manta atribuida a la delincuencia organizada en la colonia San Juan; en ella hacían referencia al joven y a la guerra entre grupos criminales: ?No tiene que morir gente inocente como Juan Carlos Anguiano Vázquez?.

El 11 de julio, en la colonia del PRI, otro chico murió desangrado porque la ambulancia no llegó a tiempo. Minutos antes de medianoche pistoleros dispararon contra un grupo de jóvenes que...

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