Despiertan entre miedo y vestigios de una guerra

CULIACÁN, Sin., octubre 19 (EL UNIVERSAL).- La capital de Sinaloa amaneció con los vestigios de una guerra: cuerpos tirados en avenidas, vehículos incinerados, una semiparalización de las actividades comerciales, bancarias, de servicios públicos y privados. El ambiente tenso no mejoró con los rayos del sol, aquí el miedo se enraizó en la tierra.

Por primera vez en la historia de esta ciudad, adaptada a una violencia que data de hace más de seis décadas --debido a la pugna por el control de los cultivos ilícitos y su comercialización-- sus habitantes asumieron prácticamente un toque de queda, se resguardan en sus hogares.

Las calles, jardines y parques de Culiacán se vieron desiertos, el flujo de vehículos fue mínimo y 85% de los restaurantes no abrió por temor a nuevos enfrentamientos. El nulo servicio del transporte urbano tampoco ayudó.

Una sensación de inseguridad invadió a la población por los hechos registrados la tarde del jueves pasado, derivados del frustrado intento por capturar a Ovidio Guzmán López, hijo del segundo matrimonio de Joaquín "El Chapo" Guzmán.

La jornada de violencia se vivió en sus calles: fueron bloqueos con vehículos despojados e incendiados; continuos enfrentamientos entre grupos armados; hombres con rostros cubiertos, quienes silenciaron con sus armas a la ciudad, a pesar de la presencia de fuerzas federales y elementos de la Policía Estatal.

Tras los daños, las clases y los servicios que presta el gobierno del Estado se cancelaron. La sucursales bancarias cerraron sus puertas, al igual que grandes centros comerciales y pequeños abarrotes. El silencio también se hizo en algunos expendios de gasolina, que cerraron sus cortinas sin ningún aviso, ante el temor de que la violencia volviera a aparecer en las calles de Culiacán.

Calles tapizadas de muerte. A media mañana, personal de Tránsito, con grúas y plataformas, inició el retiro de decenas de vehículos de todos tamaños que fueron colocados como barricadas e incendiados por grupos armados que se enfrentaron a los cuerpos de la policía y el Ejército.

Sobre la avenida Enrique Sánchez Alonso, en el Desarrollo Tres Ríos --muy cerca de donde un convoy del Ejército y la Guardia Nacional penetró a una vivienda y retuvo en forma momentánea al hijo de Joaquín Guzmán Loera--, aún se encontraban cuerpos tirados.

Miguel Taniyama Ceballos, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera, lamentó...

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