Deuda. Niñas abusadas sin apoyo y sin justicia

Arturo de Dios PalmaACAPULCO, Gro., marzo 2 (EL UNIVERSAL).- Cuando la familia de Esmeralda, una niña de 14 años, descubrió que estaba embarazada, la llevaron al centro de salud que está a la vuelta de su casa, de ahí la remitieron al hospital Donato Alarcón por el alto riesgo que representaba su estado de gravidez.

Ninguno de los médicos o enfermeras se detuvo a observar los detalles del embarazo. Nadie dio importancia a su retraso cognitivo y de aprendizaje, tampoco se fijó en la talla de la niña: mide un metro con 32 centímetros, pesa 37 kilos; la pequeñez de su cabeza y sus manos dan la apariencia de tener menos edad, pero ninguno observó la desnutrición ni su contexto de pobreza.

Nadie se cuestionó si una niña como Esmeralda decidió su embarazo o era víctima de violación.

Cuando llegó al hospital Donato Alarcón, Esmeralda comenzó su control prenatal, y otra vez ninguno de los médicos y/o trabajadoras sociales observó los detalles de su embarazo.

En la primera consulta tenía 20 semanas de gestación. Su familia descubrió el embarazo por lo abultado de su vientre, pero nadie se sorprendió.

Nada detuvo al agresor

El Moro, es el apodo del hombre que violó a Esmeralda. Era del pueblo donde viven la niña y su familia.

Cada que quería llegaba a la casa de Esmeralda y amenazaba con que se la llevaría. Una vez lo intentó. Los abuelos la escondieron y le prohibieron que se le acercara. Entonces amenazó con que si le negaban verla los mataría o los enterraría vivos.

Los abuelos le dijeron a Rosa Elena, la madre de Esmeralda, que tenía que irse de la casa y del pueblo para evitar que El Moro cumpliera su amenaza.

Rosa Elena buscó opciones, pero no tuvo dinero para sobrevivir sola con sus hijos, tampoco encontró refugio con un familiar, así que se quedaron.

Una tarde de marzo de 2018, en la casa estaban sólo Esmeralda y sus dos hermanos menores, Vinicio y Margarita. Se estaba bañando cuando El Moro llegó, fue al baño y se la llevó.

Vinicio corrió a buscar ayuda. Encontró a un primo. Fueron a buscarla por el rumbo que tomó El Moro. No tardaron: los hallaron en una barranca cercana. El hombre violaba a Esmeralda.

Vinicio y su primo le tiraron piedras hasta que la dejó. El Moro huyó y dejó a Esmeralda tirada en la barranca, desnuda y temblando.

Vinicio tiene muy nítida la escena. No la olvida. Esmeralda, en cambio, nunca ha podido contar lo que pasó.

Vulnerables

Para el sistema de salud en Guerrero, Esmeralda nunca fue una víctima de violación, sino una paciente más. La médica Cristina Romero fue quien notó la vulnerabilidad de la niña.

Cristina...

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