Día de muertos: entre calaveras y vampiros

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 2 (EL UNIVERSAL).- Los días uno y dos de noviembre son sinónimos de fiesta en nuestro país, pero no de cualquiera : la invitada principal es la muerte.

En México, como escribiría Frances Toor en EL UNIVERSAL ILUSTRADO del 29 de octubre de 1925, estamos acostumbrados a no temerle, incluso la encontramos familiar y jugamos con ella. La aceptamos como una consecuencia necesaria de la vida y estos días nos sirven para departir con los muertos y rendirles homenaje.

Durante esta celebración, el símbolo que la distingue aparece por doquier, se le evoca en todo momento y se representa en una sola figura: la calavera. Presente en el papel picado, en figuras hechas de diversos materiales como azúcar, chocolate o amaranto hasta de barro o migajón, de papel maché o plástico hasta en versos literarios es, sin duda, una de las piezas fundamentales de nuestra celebración multicolor.

Pero fue José Guadalupe Posada (1852-1913), quien nos daría la famosa imagen de la Catrina o la Muerte, dándole ese toque burlesco propio de las calaveritas, haciéndola toda una tradición que conservamos hasta nuestros días.

De la Catrina a las brujas y otros monstruos. La celebración del Halloween, que significa ?víspera de todos los santos?, deviene de la fiesta celta del Samaín y es una de las grandes celebraciones de Estados Unidos. Dada a la cercanía tanto geográfica como cultural, México ha importado esta tradición. Poco a poco ha ido ganando terreno en nuestro país y las calabazas, brujas y otros personajes han tomado protagonismo, ganándole escena a nuestra tradicional calavera.

Pero, ¿será un desplazamiento o más bien una apropiación de una nueva cultura? ¿Nuestra calavera podrá convivir con las brujas y las calabazas? o ¿tarde o temprano será desplazada por ellas?

EL UNIVERSAL se dio a la tarea de hacer un recorrido por tres de los mercados más significativos en estas fechas: La Merced, Jamaica y Coyoacán para ver si nuestras calaveras siguen vigentes o se han ido apagando poco a poco.

Durante el recorrido por el mercado La Merced fue notorio que los puestos de disfraces y objetos propios del Halloween eran numerosos, aunque no mayores a los que venden lo necesario para la ofrenda de muertos, pero al final, los primeros terminan por ensombrecerlos. Varios puestos optan también por vender artículos de ambas festividades.

El panorama en el mercado de Jamaica es parecido al de La Merced. Los puestos de disfraces de Halloween son más visibles...

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