El día que Nervo dejó en el olvido la tumba de Juárez

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 1 (EL UNIVERSAL).- La tradición mexicana dicta que las familias deben visitar a sus muertos cada 2 de noviembre para celebrar que "vienen del más allá". Eso motiva las visitas a los panteones con la intención de limpiar, poner flores y comer junto a la tumba.

El archivo de EL UNIVERSAL contiene una descripción del ambiente que se vivió el 2 de noviembre del año 1967, donde miles de familias visitaron los panteones de la Ciudad de México para dejar un altar a sus familiares y algunas figuras importantes de la música y del espectáculo mexicano.

Las tumbas de Benito Juárez, Vicente Guerrero, Javier Solís y Jorge Negrete pasaron desapercibidas en aquel entonces sin recibir algún tipo de altar, a comparación de los mausoleos de personajes como Francisco González Bocanegra, Jaime Nunó, José Clemente Orozco y Juventino Rosas, que fueron "consentidas" por muchas personas.

Miles de personas de todas las condiciones sociales acudieron a los diferentes panteones de la Capital a depositar ofrendas florales, orar, asear las lápidas, remover la tierra y efectuar toda clase de arreglos, ante las tumbas de sus seres queridos, en ocasión de conmemorarse el día de los fieles difuntos. Una extraordinaria afluencia de visitantes se registró en el panteón Dolores, Jardín, San Joaquín, en el civil de Ixtapalapa y en el de La Piedad.

Debido a las medidas de vigilancia tomadas por el Departamento del Distrito Federal en los diferentes panteones, pudieron evitarse accidentes, escándalos, riñas, y otros, pues el número de visitantes fue notorio.

Sin embargo, no dejaron de registrarse embotellamientos de tránsito; abusos de los vendedores de flores, refrescos y golosinas instalados fuera de los panteones; así como de los que ofrecían sus servicios para acarrerar agua hasta las tumbas o para realizar la limpieza de lápidas y monumentos.

Se observaron, asimismo, contrastes notables; pues mientras que en el panteón de San Fernando, lugar donde reposan los restos de personajes que figuraron prominentemente en hechos históricos de la patria, se encontraban sin visitante alguno sin una sola flor en las tumbas y ante un ambiente desolador, en el panteón de Dolores, La Piedad, San Joaquín, Ixtapalapa y otros miles de hombres, mujeres y niños depositaban flores, desde rosas, gladiolas hasta la tradicional "cempasúchil":

Así, por ejemplo, el mausoleo donde están depositados los restos del Benemérito de las Américas, don Benito Juárez, en el panteón...

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