Diario íntimo de Lulú Petite

Te soñé anocheLulú Petite

EL GRÁFICOQuerido diario: Anoche tuve un sueño de lo más cachondo, donde estaba con una amiga. Delgadita, de ojos grandes y pestañas muy tupidas, piel blanca y cabello negro hasta la mitad de su espalda. Una chica dulce y divertida. Apenas habremos conversado, pero logró meterse en mi cabeza y colarse en mis sueños. Así trabaja el subconsciente, de formas inesperadas.

En mi sueño, ella se me acercaba y, sin decir nada, comenzaba a tocar mi abdomen y a besarme de una manera agresiva. Sus manos eran suaves, pero su boca era atrevida, me daba besos de esos que despiertan toda la lujuria del mundo. Entonces comenzó a desnudarme. Yo la veía a los ojos, el verdor en ellos había despertado y destellaba como una luz encendida.

Me aventó sobre la cama, cubierta sólo por una sábana y tomó un par de cuerdas negras del tocador. Me tomó de los tobillos y empujó hacia arriba hasta que mis rodillas tocaran mi pecho, entonces me exigió que agarrara mis pies con las manos y comenzó a atar mis muñecas a los tobillos. Sentía, en mi sueño, la fuerza de las ataduras, el rigor del nudo, mis rodillas flexionadas, mis muslos al aire.

Entonces ella se acomodó entre mis piernas, puso una mano en cada una de mis nalgas y las separó para abrir aún más mi sexo, entonces comenzó a lamerme. Su lengua paseaba por mis labios vaginales con perfecta armonía, como si supiera lo que me gusta (y, claro, lo sabía, era mi subconsciente el que me estaba poniendo esa cogida). Poco a poco sentí como si su lengua creciera y se metiera por entre los pliegues de mi sexo y me fornicara con ella. De pronto, sabía que ya no era una lengua y...

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