Diario íntimo de Lulú Petite

Lulú Petite

EL GRÁFICOQuerido diario: Mis rodillas en el colchón, las piernitas bien separadas. Mis manos estaban firmes en las almohadas. Miraba al espejo de la cabecera que, al encontrarse de frente con el espejo del tocador, reflejaba mi imagen desnuda, mostrando mis nalgas, redondas como duraznos por un lado y mis senos firmes y frondosos por el otro, una y otra vez, formadas en hilera de desnudez hasta el infinito.

Tú me mirabas sonriente, con tu carita de ganador. Lamiste tus dedos índice y medio y de pie a un lado de la cama, acariciaste mi sexo, humedeciéndolo con tu saliva. Vi en el espejo mis labios vaginales abiertos como flor, sonrojados.

Comencé a lubricar. Vi cómo resbalaba una gota por la parte interna de mi muslo, mientras tú te desnudabas despacio. Ya expuesta tu erección enorme, la forraste con el látex y caminaste hasta mí, mientras yo veía toda la escena multiplicada al infinito en esa secuencia de espejos.

Cuando estabas a mi lado, tomaste con tu índice la gota que bajaba por mi muslo, la recogiste y te llevaste el dedo a tu boca para bebértela. Luego me diste un beso de lo más lujurioso en los labios, tu lengua jugó con la mía de maneras que me provocaron deliciosos...

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