Los dichos de los viejos nahuas

Mochilazo en el tiempo

Juan Carlos Cuevas Galeana

EL UNIVERSAL

"Las precauciones y el caldito de pollo a nadie le hacen daño", antes de partir don Zeferino Castrejón le dijo estas palabras a su nieta Natalia. Ella recuerda a su abuelito siempre que sale de su casa y guarda un paraguas o un suéter; también cuando tiene alguna duda se asegura por preguntar hasta tener las ideas claras.

"Desde entonces me acompaña", nos comenta, y acto seguido lanzamos la pregunta al aire: ¿cuántas personas recuerdan a sus seres queridos a través de la sabiduría que alguna vez les compartieron?

En 1555 apareció por primera vez la palabra huehuetlatolli en el Vocabulario, especie de diccionario del náhuatl al español, recopilado por Alonso de Molina, quien la definió como "los dichos de los viejos" o "la palabra antigua".

Según el Diccionario Náhuatl de la UNAM, huehue que significa viejo, y tlatolli palabra.

Los Huehuetlatollis están inmersos en un texto más grande llamado Códice Florentino, el cual fue recopilado por Fray Bernardino en el siglo XVI, o sea, por sentido común, la colonia ya había sembrado la cristiandad y para investigadores de los "huehues" el texto original ya está muy contaminado por esa cultura.

Estos proverbios siguen presentes en la visión de los mexicanos y han permanecido a través de algunos siglos. La traductora y maestra María José Quintana, los ubica en los primeros siglos de la época cristiana pero de este lado del mundo.

Miguel León Portilla, uno de los más grandes investigadores del México prehispánico, en la presentación del libro Historia de México, en el 2010 mencionó que "los consejos de los ancianos" representan "una forma muy peculiar de ver la vida y que muchos de nosotros tenemos algo de indígenas a través de ellos".

El doctor en filosofía agregó que una de estas maneras es la "forma en que tratamos a la gente". Y efectivamente una de las máximas propuestas en los frágiles amates que reposan en bibliotecas extranjeras, como la de Francia, es esa:

"Mira a todos con alegría, no desprecies a nadie; cuando sea necesario expresa tu disgusto", "vive en paz entre la gente; respeta y reverencia a todos, no los ofendas con nada, no te pongas en nada contra ellos".

Para el autor de La visión de los vencidos esto se compara con la manera actual de dirigirnos a la gente con frases tan hechas como "descanse, repose, ¿cómo está usted?, ¿cómo está su madre?".

El primer discurso de los Huehuetlatollis está dedicado a los muchachitos que...

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