Donar leche materna, una esperanza de vida

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 19 (EL UNIVERSAL).- Carmen masajea uno de sus senos, después lo acerca a un frasco de vidrio y a cuentagotas empieza a extraer leche que donará al Instituto Nacional de Perinatología (INPer). A pesar del entusiasmo de Carmen, para Silvia Romero Maldonado, encargada del Banco de Leche Materna, en el país falta cultura de donación.

En un mes, el INPer recolecta entre 100 y 150 litros de leche, que al año suman más de mil 500 litros, usados para alimentar a los recién nacidos prematuros o a aquellos que no pueden ser amamantados por sus madres; sin embargo, Romero Maldonado lamenta que al igual que ocurre con órganos y sangre, a la población le cuesta donar leche materna.

"En el país hay alrededor de 40 bancos de leche materna, pero sólo entre 20 y 25 están funcionando. Hace falta más difusión, convencer a las mamás que tienen excedente de leche que la donen, que a otros niños les hará mucho bien", comenta.

La especialista advierte que los mitos son otro obstáculo que impide que más mujeres donen leche.

"Se ha dicho que la vendemos y es totalmente falso. No cobramos por dársela a los bebés que nacieron prematuros o con algún problema de salud. También se dice que la leche no es buena, que ya no sirve; es mentira, aquí la pasteurizamos y dura hasta cuatro meses, lo que nunca ocurre, porque la demanda es alta".

Hoy, al conmemorar el Día Mundial de la Donación de Leche Materna, Romero Maldonado invita a todas las mujeres que tengan excedente de leche a donarla: "No necesariamente al instituto, pero sí al banco que les quede más cerca".

Como ejemplo puso a Carmen, quien a sus 40 años tuvo a Darío, su segundo hijo, quien por complicaciones por ser un bebé prematuro no puede consumir leche materna.

"Mi embarazo fue de alto riesgo, llegue al INPer con presión alta y mi niño nació de 32 semanas. Al principio tomó leche donada, porque yo no producía", relata. A tres meses de su nacimiento, los médicos detectaron que Darío no puede tomar leche materna porque afecta sus intestinos, por ello Carmen se convirtió en una donadora frecuente: "En un día he llenado hasta siete frascos, cuando me saco la leche pienso en mi bebé, en que él tiene necesidades diferentes, pero otros recién nacidos se podrán beneficiar con lo que dono", expresa.

Consumirla puede evitar muertes. En el INPer, desde 1977 se usó el excedente de leche de madres de niños hospitalizados para distribuirla entre recién nacidos prematuros, pero debido al VIH se dejó de...

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