Dronero: el encantador de máquinas

- Ozkar creó una empresa experta en pilotar drones; por un video de 10 minutos cobra hasta 20 mil pesos, pero su trabajo ?no es cosa de juego?Abigail GómezCIUDAD DE MÉXICO, julio 2 (EL UNIVERSAL).- Imagina que pides una pizza y al abrir la puerta para recibirla es un dron el que te la entrega. Mientras recibes tu producto miras al cielo y decenas de estos aparatos sobrevuelan haciendo entregas a las casas de los vecinos. Con agilidad se esquivan unos a otros y también a los cables, postes, aves y personas. Entonces recuerdas cómo era la vida sin drones y te das cuenta de que el paisaje nunca volverá a ser el mismo. Podría parecer la escena de una película de ciencia ficción o algo lejano, pero es una realidad que está más cerca de lo que pensamos.

La posibilidad de este escenario la dibuja en su mente Ozkar Santiago Rivera. Mientras platica que ese futuro de película podría ocurrir en menos de 30 años, se dirige a un clóset en su estudio y desempolva la caja en la que descansa su primer dron. ?Era una cosa de risa?, dice sobre el Heli Max de aspas amarillas que mide apenas 10 centímetros. El pequeño artefacto dio inició a la empresa 3FStudio, que se especializa en toma de fotografías y videos con vehículos aéreos no tripulados.

?La primera vez que lo volé fue en un parque. Aunque sabía cosas sobre aerocontrol, enfrentarme al dron fue completamente diferente?, cuenta Ozkar sobre esa primera experiencia. ?Ahora es mucho más fácil estabilizarlos, pero en ese entonces era todo un reto. Era de ley que las primeras veces se te cayera o lo estrellaras contra algo?, platica.

Desde ese día hasta ahora, Ozkar ha pasado muchas experiencias con su compañero de trabajo. Aunque tuvo que chocarlo varias veces antes de lograr tener el control del aparato, en menos de dos años la empresa creció y su Heli Max se convirtió en un Inspire One, 18 veces más grande que el primero y de 3.5 kilogramos de peso.Riesgo en el aireTal como lo describen quienes se relacionan con estos aparatos, pareciera que tienen personalidad y que son temperamentales. Historias de drones que fallan y se van volando en línea recta para nunca volver, los que regresan a toda velocidad hacia quien lo está manejando, los que se apagan sin previo aviso, aquellos cuyo software se actualiza y ya no quieren funcionar y, sobre todo, los que chocan sin parar.

Por eso, antes de volar su dron, Ozkar revisa que todas sus partes estén en buen estado. Se asegura que la carga de la pila esté a 100% y...

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