Enganchadas por el crimen

Manuel Espino

CIUDAD DE MÉXICO, julio 31 (EL UNIVERSAL).- En plena adolescencia, "María" y "Delia" fueron enganchadas por el cártel de "Los Caballeros Templarios" en la región de Tierra Caliente, Michoacán, para que les "pusieran" a sus enemigos.

Apenas cursaban la secundaria cuando fueron convencidas por miembros de la célula criminal de Sergio Gilberto Gómez Romero, "El Chanda", uno de los narcotraficantes más buscados de la región, que operaba en Parácuaro y que en 2017 fue detenido por el Ejército y la procuraduría local.

"María" y "Delia" eran enviadas a bares, centros nocturnos y restaurantes para ganarse la confianza de clientes e identificar quiénes eran de "Los Viagras" y del "Cártel Jalisco Nueva Generación" (CJNG), enemigos de los templarios.

Ellas los identificaban y después hacían un señalamiento a "los templarios", quienes de inmediato los asesinaban. A cambio las jovencitas recibían un pago en efectivo.

Un día las cosas salieron mal y el grupo criminal que las captó, el de "El Chanda", intentó asesinarlas. Las llevaron a un paraje y les dispararon.

Al recibir el primer balazo, "María" se tiró al suelo y se hizo pasar por muerta. Fue herida en la mano, cara y otras partes del cuerpo. Logró sobrevivir.

Cumplido el encargo, los sicarios se fueron del paraje y al ya no verlos "María" se acercó a "Delia", pero ella ya estaba muerta.

Después de unos minutos, los asesinos regresaron a verificar que estuvieran muertas; sin embargo, se percataron de que "María" ya no estaba ahí. Escapó herida.

Ella es una de las 159 víctimas directas de trata de personas, mexicanas y de otras nacionalidades, que han sido atendidas durante este sexenio en la Casa Refugio, un centro especializado de máxima seguridad al que ingresan mujeres que se encuentran en un riesgo grave.

Tras recibir terapia grupal y capacitación para el trabajo a través de talleres, "María" superó las secuelas y ahora está empoderada.

El coordinador general técnico y encargado del despacho de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) de la PGR, Juan Manuel Zavala Evangelista, explicó que se trata de un refugio con personal capacitado en el que las víctimas pueden estar sin ningún peligro por un tiempo máximo de 90 días.

"Este número parecería reducido en cuanto a número de víctimas, pero aclaro que son sólo aquellas a las que, por situación de la investigación, fue necesario ingresarlas a este refugio de máxima seguridad...

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