Ericka sueña con respeto para la comunidad transgénero

Jorge AlvaradoCIUDAD DE MÉXICO, marzo 25 (EL UNIVERSAL).- Ericka Miranda, arquitecta y cultora de belleza, sueña con lograr que en el país y en Latinoamérica los derechos humanos de su comunidad sean identificados. Las personas transgénero no piden compasión por la transición a la que se enfrentan, tampoco manutención por los altos costos que implica el cambio, sino respeto por ser humanos.

Ericka es representante del Estado de México en el concurso Miss Trans 2017, del que es finalista y espera ganar, aunque para ello requerirá patrocinadores, pues el proceso cuesta.

A los cuatro años de edad, la activista de la Red Mexicana de Mujeres Trans, Miranda Prent, como la conocen sus seguidores, identificó características en su conducta que la convirtieron en blanco de burlas. ?Ahorraba de mis domingos para comprarme Barbies en el tianguis, jugaba a escondidas y muchas veces me prohibieron usar ropa o juguetes que no fueran para niños?.

Más tarde, en la adolescencia creyó que era homosexual. ?Pero no, era eso lo que yo sentía, no es que sólo me gustaran los hombres, yo soy una mujer desde que nací, pero había algo erróneo en el estuche que me almacena?.

Cuando se aproximaba a la edad para decidir sobre los estudios profesionales, se inscribió en la universidad para ser arquitecta; sin embargo, el estigma de ser no sólo hombre con preferencias sexuales distintas a las de un heterosexual, sino claramente con inquietudes femeninas, lo obligaron a desertar. ?Se burlaban de mí, por más que yo pretendía ser masculino y ocultar mi identidad, el asunto estaba en la raíz, yo era una mujer. Soy esa mujer completamente?.

Entonces decidió dejar Toluca, donde no había oportunidades para seguir sus estudios ni para trabajar y mucho menos orientación para lo que ella sentía. ?Una amiga con la que vendía dulces en la calle me fue orientando, me explicó que si lo que me gustaba era vestir como mujer, debía intentar comprar ropa menos varonil, blusas más escotadas y con el tiempo arriesgarme al cambio?.

Al encontrar barreras para seguir su vida como un ser humano que merece respeto, decidió irse a vivir a la Ciudad de México, donde concluyó sus estudios con la ayuda de sus ganancias como cultora de belleza, oficio que aprendió para solventar sus gastos. ?Primero me fui creyendo que era una ciudad gay friendly, es decir, que habría espacio para otra trans más. Falso, me di cuenta que la propio comunidad es sumamente egoísta, incluso me percaté de la ignorancia de...

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