Estudian vínculo entre cultura Casas Grandes e indígenas ópatas

CIUDAD DE MÉXICO, abril 4 (EL UNIVERSAL).- El análisis del entierro de una mujer momificada, hallado en una cueva de la Sierra Alta de Sonora en 2009, arroja datos sobre su origen étnico y su relación con la cultura Casas Grandes.

De acuerdo a estudios realizados por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), estos deducen que corresponde a una integrante de los indígenas ópatas que habitaron la parte oriental y central de este estado, extintos desde 1950.

Esos restos óseos podrían pertenecer a una indígena conversa, posiblemente una curandera que falleció en el periodo colonial de Sonora (1617-1785) y fue enterrada con sus antepasados: los Casas Grandes, que se asentaron en la región serrana del estado y al oeste de Chihuahua, cuya cultura se desarrolló entre 700 y 1450 d.C. El centro ceremonial fue Paquimé, sitio declarado Patrimonio Mundial desde 1998, informa en un comunicado el INAH.

El arqueólogo Júpiter Martínez Ramírez, investigador del INAH que registró el descubrimiento y titular del Proyecto Arqueológico Sierra Alta de Sonora, señala que este hallazgo confirma la continuidad de la cultura Casas Grandes en la tribu desaparecida de los ópatas.

Sobre las características del entierro, el especialista refirió que fue hallado en el interior de una casa prehispánica de adobe construida dentro de una cueva de la Sierra Alta de Sonora. La mujer momificada de manera natural fue colocada dentro de un petate, amordazada y con los brazos cruzados sobre el pecho. La acompañaba una ofrenda compuesta por un recién nacido y una olla que contenía atados de agave y hojas de maíz.

Estudios realizados en el infante indican que su cráneo estaba desarticulado en cuatro partes. En principio se pensó que había sido sacrificado, pero al analizar el acomodo de las secciones craneales se advirtió que los restos fueron recuperados para ser colocados como parte de la ofrenda.

Los elementos rituales del entierro femenino corresponden a los ópatas. El acomodo de sus brazos sobre el pecho es de índole cristiana, y portan una especie de manga larga, no usual en indígenas, destaca Martínez Ramírez.

Asimismo, el arqueólogo advierte que el fechamiento de la construcción de la casa donde fue localizado este cuerpo corresponde al año 900 d.C., en tanto que el bebé y la cerámica asociada al año 1000 del periodo Viejo de Casas Grandes (700 al 1250 d.C.), de acuerdo con la datación hecha recientemente a los restos del infante.

Esta...

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