Familias de desaparecidos, vivir en crisis

(Material de EL UNIVERSAL+)MÉXICO, D.F., agosto 30 (EL UNIVERSAL).- Los familiares de las personas desaparecidas en México no sólo están desoladas por no saber dónde están sus seres queridos, también viven penurias. Al desgaste emocional se suma la crisis económica para miles de estas familias que han perdido dinero en extorsiones, amenazas, pagos de abogados, viajes constantes a las procuradurías, a hospitales y a servicios forenses en busca de sus desaparecidos. Ello, sin contar con que la mayor parte de los desaparecidos eran el sostén económico de sus hogares.

Elena Medina reclama la desaparición de su esposo y sus dos hijos. La familia Orozco Medina, dedicada al campo, es originaria de Uruapan, Michoacán. En 2008 un grupo armado se llevó a su esposo; en 2009, elementos de la entonces Agencia Federal de Investigación (AFI) fueron por su hijo y ya no se supo nada de él, y luego en 2012, otro de sus hijos fue perseguido por la policía y hasta la fecha se desconoce su paradero. Esta familia vendió algunos de sus bienes para pagar abogados y extorsiones.

El resto de sus pertenencias: unas hectáreas de tierra, viviendas y vehículos fueron arrebatadas por el crimen organizado.

Jorge Verástegui, miembro fundador de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila, asegura que nueve de cada 10 desaparecidos eran cabeza de familia.

Dado que aún no hay una base de datos oficial, se calcula que de diciembre de 2006 a noviembre de 2012 se perdió el rastro de 26 mil 121 personas en el país, según la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación.

Organizaciones civiles como la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos y el Comité de Familiares y Amigos de Desaparecidos y Asesinados en Guerrero han hecho pública, a nivel nacional e internacional, su exigencia de que el Estado mexicano garantice para todas esas familias el acceso a los bienes y a otros derechos sucesorios de las personas desaparecidas en tanto se conoce su paradero. La idea es que puedan hacer uso de dinero u otros bienes propiedad de la persona desaparecida, que no pierdan su derecho a la seguridad social, que se puedan cancelar o renegociar deudas e hipotecas o que puedan recibir el pago de una pensión.

Aunque para esas familias lo prioritario es encontrar a sus seres queridos, dicen que estas medidas solucionarían varios de los problemas económicos que ahondan su dolor.

Los códigos civiles federal y estatales hasta...

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