Fondas sin clientes y con cacerolas llenas por culpa del coronavirus

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 25 (EL UNIVERSAL).- Bajo los rayos del sol y con la preocupación de que no hay clientes, Andrés Hernández sale de la cocina económica "María Isabel" para llamar la atención de la gente.

Hasta 300 personas visitan esa fonda para comer en martes, pero ayer sólo hubo 40 comensales.

"Ojalá que lo arreglen pronto porque nos están dando en la torre", dice Andrés mientras ve cómo las calles aledañas al Monumento a la Revolución quedaron vacías por las medidas sanitarias.

Las cocinas económicas de la ciudad siempre esperan ansiosas la llegada de los oficinistas, puntuales y con el tiempo medido para volver a su trabajo; no obstante, ahora son pocos los empleados que buscan un lugar dónde comer.

¿Que si Andrés sabe esto? Sí lo sabe. ¿Que si le preocupan los efectos del Covid-19? Sí le preocupan. ¿Que si dejará de trabajar? Eso no es seguro, pues de él dependen su papá y su mamá, quienes tienen más de 60 años, son diabéticos y les debe comprar vitamina y medicina para evitar cualquier enfermedad.

"No están saliendo ni los gastos mínimos, ya estamos empezando a poner de nuestra bolsa, se le retiene el sueldo a los empleados, a algunos no se les puede dar trabajo.

La preocupación es de todos mis compañeros, no sabemos si vamos a tener para nuestros gastos o si el establecimiento va a cerrar", expresa. El joven indica que aunque sí tiene ahorros preparados para la cuarentena, no tiene idea si serán suficientes porque "parece que esto va empezando".

El panorama para estos negocios cambió abruptamente: todavía la semana pasada había suficientes...

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