'Se fue un grande'

CIUDAD DE MÉXICO, febrero 1 (EL UNIVERSAL).- Todas las voces se entrecortan al recordar al amigo, al Arquero de la Selva, ese paladín que presumía su plasticidad bajo los tres postes y ponía los cabellos de punta cada que surcaba el cielo en busca del balón. Un paro respiratorio acabó este jueves con la vida de Pablo Larios, pero la gente que le conoció asegura que siempre tendrá un lugar especial en su corazón.

Como Velibor Milutinovic, entrenador de la Selección Nacional en el Mundial de México 1986, ese en el que el hombre del poblado bigote defendió el arco tricolor.

"Estoy triste, pero ya descansa en paz, porque fue una gran persona", atina a decir Bora, entrevistado vía telefónica desde Qatar. "Es difícil hablar en estos momentos, pero era generoso, humilde, un compañero extraordinario. Como director técnico de la Selección Nacional, tuve suerte de contar con un jugador como él".

Conceptos muy similares a los de Manuel Lapuente, su entrenador en el Puebla, club con el que se coronó en la temporada 1989-90.

"Se fue un grande, sin duda alguna uno de los más grandes... Es una desgracia", comparte el hoy director deportivo de los Lobos BUAP, quien define a Larios como "un portero diferente a todos, de salidas espectaculares, de gran valentía. Gran compañero, gran...

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