Desde hace seis meses habitan en un campamento

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 20 (EL UNIVERSAL).- Lavan su ropa y la cuelgan en la calle; durante el día hacen guardias en sus casas de campaña, cocinan al aire libre y los niños juegan en la acera; por la noche, duermen mientras escuchan balazos que provienen de otras calles. Así viven, desde hace seis meses, los damnificados del sismo del 19 de septiembre, pues la vecindad donde residían ubicada en la calle Privada de Valencia, colonia Zacahuitzco en la delegación Iztapalapa.

Son 55 personas, entre ellas dos mujeres embarazadas y 21 niños, quienes el 23 de septiembre del año pasado desalojaron la vecindad ante el temor de que el edificio se derrumbara.

Iris, de 37 años de edad, es madre de cuatro menores de edad; también se encarga de llevar a sus hijos a la escuela y cocina alimentos que comparte con los demás afectados.

Ella cuenta que a veces se cooperan para los alimentos, uno de los vecinos decide lo que se cocinará, por lo regular se hacen caldos que rinden para varias personas.

Después del temblor, Iris y sus vecinos notaron que las paredes tenían fracturas, estaban ladeadas y el edificio se inclinó hacia la derecha. Lo único que bajó de su vivienda fue su lavadora y la dejó en la banqueta.

La mujer confiesa que sus hijos le piden regresar a su hogar o irse a otro lado, ya no quieren vivir en una casa de campaña con capacidad para dos personas, en la cual duermen ella, su esposo y sus cuatro hijos.

"Es horrible vivir en un campamento. Nuestras necesidades son muchas, el baño diario, el hacer de comer al aire libre. Los niños se salen de la casa de campaña y no los podemos cuidar", relata.

En este lugar, los refugiados han sufrido las lluvias de noviembre, el frío de diciembre y...

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