¿Hacia dónde va el Brexit?

Inder Bugarin, corresponsalBRUSELAS, Bélgica, julio 27 (EL UNIVERSAL).- Como candidato a dirigir el Partido Conservador, Boris Johnson prometió que una vez siendo primer ministro británico viajaría de inmediato a Berlín, París y Bruselas para logar lo que Theresa May no pudo: negociar un acuerdo de salida de la Unión Europea (UE) que cuente con el apoyo de la Cámara de los Comunes.

El nuevo inquilino del 10 de Downing Street será recibido con la cordialidad que distingue al mandatario francés, Emmanuel Macron; a la canciller alemana, Angela Merkel, y al ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, pero de ahí a que logre su objetivo parece altamente improbable.

Las conversaciones serán sólo eso, charlas con las más altas autoridades de las capitales europeas y no como parte de un proceso de negociación formal que conduzca a un cambio del acuerdo suscrito entre May y los Veintisiete.

Después de todo, el pacto sellado en la Decisión del Consejo Europeo 2019/584, y rechazado en tres ocasiones por la Cámara de los Comunes, es el único posible para una salida ordenada.

El Grupo de Gestión para el Brexit (BSG, por sus siglas en inglés) del Parlamento Europeo, integrado por seis distinguidos eurodiputados, entre ellos el expresidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, fue preciso en su misiva de bienvenida al nuevo premier británico.

La carta sostiene que la única fórmula posible para una salida ordenada es aquella que proteja los derechos de los ciudadanos, cubra las obligaciones financieras asumidas por Londres como estado miembro, garantice la integridad del Mercado Único, salvaguarde el Acuerdo de Viernes Santo para la paz en la isla de Irlanda y evite una frontera dura entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.

"El acuerdo de salida acordado por la Unión Europea y el gobierno británico ofrece esas garantías.

"No obstante, el BSG está dispuesto a considerar cambios en la Declaración Política, en particular si dichos cambios aportan mayores detalles y una futura asociación más ambiciosa entre la Unión Europea y Reino Unido, de modo que resulte innecesaria la aplicación del backstop irlandés [que previene una frontera física]", detalla.

La oferta puesta sobre la mesa por la Eurocámara, la instancia que tendrá la última palabra sobre un acuerdo eventualmente modificado, no sólo se queda corta a las exigencias de Johnson, va en contra de sus dos principales objetivos, eliminar el backstop irlandés y reducir al máximo la integración con la...

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