La otra herida del 85

Raúl Torres, corresponsalCIUDAD GUZMÁN, Jal., septiembre 19 (EL UNIVERSAL).- Los ojos casi grises de Miguel Cibrián Pila se vuelven a posar sobre el recuerdo de las torres de la Catedral de Ciudad Guzmán cuando alguien le pregunta por lo que pasó la mañana del 19 de septiembre de 1985; el hombre, de 87 años, está sentado en una banca de la plaza principal, da una última calada al cigarro, arroja la colilla y con voz pausada pide a su interlocutor que se siente.

“Fue muy triste, era jueves, como las 7:20, vine a mi trabajo aquí en el centro cuando empezó a temblar, las torres de Catedral estaban completas y una tenía un reloj de cuatro carátulas; me tocó ver cuándo comenzó a desgranarse; la corredera de gente, una piedra le cayó a una señora y le rebanó el pie, había una camioneta de Coca y una piedra la aplastó”, recuerda.

Su mirada se pierde entre las calles que confluyen en la plaza y señala hacia una de ellas, por la que día a día camina para regresar a su casa: “son tres cuadras desde aquí, pero ese día se me hicieron, hermanito de mi vida, larguísimas... iba viendo los techos y las paredes caídas”.

Las once personas de su familia estaban a salvo, paradas sobre los escombros del hogar; al verlas el tiempo se detuvo un instante, pero alrededor el pánico seguía propagándose, la gente corría de un sitio a otro buscando a sus familiares entre caos y confusión.

Un rumor emergió cuando la tierra dejó de moverse: “comenzaron a sonar las ambulancias y la policía no sabía qué hacer, yo me regresé para Catedral, pero ya no nos dejaban pasar, decían que la gasera iba a explotar y pos más miedo; pero como aquí en el Centro me conocen bien, a mí sí me dejaron pasar, la Catedral se cuarteó por dentro y se sacaron las imágenes de San José y de la Virgen a dar una vueltita por la plaza, luego las tuvieron que guardar en el sagrario, que se volvió la segunda catedral, y ahí se quedaron por un año”.

El juramento de 1747

“Fíjense nomás, lo que nunca había pasado, tres temblores fuertes seguidos. Y dicen que no ha dejado de temblar. Yo creo que el señor San José nos está ensayando para el juicio final...”, escribió Juan José Arreola en La Feria, retrato polifónico de Zapotlán El Grande; muestra del profundo vínculo que existe entre la gente de Ciudad Guzmán y la imagen de San José como protector contra los terremotos que durante siglos han sacudido esta región.

Cada 22 de octubre la ciudad se paraliza por la fiesta del patrono protector, pues desde 1747...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR