Hija de Fuerza Guerrera, con el alma ruda

CIUDAD DE MÉXICO, febrero 4 (EL UNIVERSAL).- Ser luchadora no era uno de los sueños de la Hija de Fuerza Guerrera, pero serlo era parte de su destino y tarde o temprano tuvo que enfrentarlo, ahora el reto es hacerlo con respeto y no arrastrar el nombre del personaje que hereda.

Luce contenta y motivada para lograrlo, han sido muchos meses de entrenamientos que le dicen que está lista para empezar a luchar, "ahora viene lo bueno, a seguir aprendiendo. Ha sido un gran sacrificio, un camino lleno de caídas, golpes, lastimadas y regaños. De niña nunca lo pensé, yo quise formar una familia y lo hice. Después de conseguir esa meta en la vida, mi hermano me invitó a entrenar como un reto para saber si me gustaba, así que empecé en el gimnasio Konkreto, pensé que era suficiente".

La primera semana fue muy dura, no podía ni moverse pero no dejó de asistir al encuentro de su objetivo. Uno de sus profesores la felicitó por no asustarse ante un golpe o la aparición de la sangre, andaba con los codos lastimados, dolida, pero sin rendirse, "me caí varias veces pero fue un impulso para demostrarme que podía hacerlo. Se presentó la función de mi papá y acepto que fue una decisión muy precipitada. No di la mejor lucha y tuve que volver al gimnasio, ahora me siento más segura de lo que sé hacer y de mi preparación".

Aliada a la mirada...

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