Historias de NegoCEOs

Las 72 horas más intensas de Enrique OchoaMario Maldonado

EL UNIVERSALCerca de las tres y media de la tarde del viernes pasado, Enrique Ochoa pidió a su secretaria particular reunir a los directivos principales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para anunciarles lo que acababa de publicar en su cuenta de Twitter: que presentó su renuncia para buscar la presidencia del PRI.

Les agradeció su colaboración para lograr lo que él considera la transformación de la CFE y presentó a Jaime Hernández, ex director de Finanzas, como el nuevo director general interino. Traía consigo aquel viejo libro de frases y filosofía que casi nunca olvida, porque le ayuda a mantenerse concentrado y motivado. Iniciaban así las que serían quizá las 72 horas más intensas de su carrera política.

La despedida, dicen quienes asistieron, fue emotiva, pese a que su exigencia y poca tolerancia a los errores le habían generado algunas fricciones al interior de la CFE. Fiel a su estilo, aprovechó la ocasión para recordarles las directrices a seguir para logar la consolidación de los cambios que echó a andar durante los casi dos años y medio en los que dirigió a la empresa.

Más tarde, ese mismo día, se reunió con amigos y colaboradores en un despacho privado de la colonia Anzures, en la Ciudad de México. A la cita llegaron gobernadores, legisladores federales y sus hombres más cercanos, entre ellos Emilio Lozoya, exdirector general de Pemex.

El fin de semana fue igual de intenso: mientras priístas como Ulises Ruiz y Ricardo Aguilar externaban su rechazo a la candidatura de Ochoa, organizaciones como la Confederación de Trabajadores de México (CTM) le expresaban su respaldo. Aprovechó el sábado y domingo para intercambiar puntos de vista con los priistas de su mayor confianza y asistió a encuentros, como el que tuvo con dirigentes del Movimiento Territorial.

La renegociación del contrato colectivo con el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, que redujo en 160 mil millones de pesos el pasivo laboral de la CFE, y la disminución de hasta 30% en las tarifas eléctricas del país fue lo que puso a Ochoa en la mira de Enrique Peña Nieto.

A diferencia de otros personajes de su gabinete legal y ampliado, Ochoa no era amigo del presidente, sino un colaborador más. Empero, su formación académica, ejecutiva y su capacidad de lograr consensos, lo hicieron irresistible en medio de la crisis política que atraviesa el partido.

Sus más cercanos amigos...

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